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Terminó la emergencia, pero la pandemia continúa

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) la COVID-19 ya no es una emergencia sanitaria internacional, pero la pandemia continúa en todo el planeta, de hecho, la semana pasada cada tres minutos cobró la vida de una persona en todo el mundo.

En conferencia de prensa desde Ginebra, Suiza, Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, anunció este 5 de mayo, que había aceptado la recomendación del Comité de Emergencia del organismo para declarar el fin de la emergencia de salud pública, pero reconoció que, mientras hablaba, miles de personas en todo el mundo luchaban por sus vidas en unidades de cuidados intensivos y millones más continúan viviendo con los efectos debilitantes de la COVID-19 persistente.

Por ello, recordó que la pandemia aún no ha terminado y recomendó a los países continuar con la vigilancia y la respuesta ante el SARS-CoV-2.“Este virus llegó para quedarse. Todavía está matando y todavía está cambiando”, dijo. ”El riesgo sigue siendo que surjan nuevas variantes que provoquen nuevos aumentos en casos y muertes”.

En los más de tres años que han transcurrido de la pandemia, a pesar de los avances en Inteligencia Artificial, supercómputo, telecomunicaciones e informática, nunca se han tenido estadísticas confiables del número de enfermos y pérdida de vidas.

De acuerdo con las cifras oficiales de cada país, que recopila la OMS, han enfermado 676 millones 607 mil personas y han perdido la vida 6 millones 882 mil, sin embargo, como reconoció el mismo organismo multilateral, las cifras más reales se acercan al triple, esto es, alrededor de 21 millones de fallecimientos.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, al anunciar el fin de la emergencia sanitaria internacional por la pandemia de COVID-19. Foto: Cortesía de UN Photo/Evan Schneider.

“Lo peor que cualquier país podría hacer ahora es usar esta noticia como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su gente de que la COVID-19 no es para preocuparse”:

Organización mundial de la salud

En un análisis de la OMS sobre el número de casos ocurridos en los dos primeros años de la pandemia (2020 y 2021), publicado en la revista The Lancet, el organismo observó que los reportes de los países miembros indicaban más de 5 millones de muertes, pero sus estimaciones arrojaban que, cuando menos, 18 millones 200 mil personas habían perdido la vida por el nuevo coronavirus en ese lapso en todo el planeta, es decir, tres veces más que las cifras reportadas oficialmente (Ver en: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(21)02796-3).

El jueves 4 de mayo, el Comité de Emergencia se reunió y analizó un informe de la OMS que afirma que los sistemas sanitarios han empezado a mostrar los primeros signos importantes de recuperación.

Asimismo, el miércoles 3 de mayo, la OMS presentó un documento titulado De la respuesta de emergencia al manejo a largo plazo de la enfermedad de COVID-19: sostenimiento de los logros obtenidos durante la pandemia de COVID-19, donde menciona que: “A medida que la pandemia de COVID-19 entra en su cuarto año, la vigilancia ha disminuido drásticamente. Si bien los casos y las muertes informados semanalmente se encuentran en el nivel más bajo desde que comenzó la pandemia, millones continúan infectados o reinfectados con SARS-CoV-2 y miles de personas mueren cada semana”.

Se estima que en el mundo han perdido la vida más de 21 millones de personas por la COVID-19.

En dicho informe se actualizó el plan estratégico del Organismo a uno de preparación y respuesta para 2023-2025. La estrategia actualizada de dos años propone una transición de la emergencia de la COVID-19 a una respuesta a largo plazo basada en la prevención, el control y la gestión sostenidos a largo plazo de la enfermedad COVID-19 (leer en: https://www.who.int/publications/i/item/WHO-WHE-SPP-2023.1).

“Es un plan para seguir reduciendo la incidencia del coronavirus y sus variantes, prevenir, diagnosticar y tratar la covid para reducir la morbimortalidad y las secuelas y apoyar a los Estados para una respuesta sostenible”.

En el documento, la OMS señala que, mientras el mundo sigue aprendiendo y aplicando lecciones para la gestión de COVID-19, los países luchan por mantener los importantes avances que se han logrado durante los últimos 40 meses. La pandemia demuestra, una vez más, que la salud no es solo central para el desarrollo. También es fundamental para las economías y sociedades, la seguridad nacional y estabilidad política. Cuando la salud está en riesgo, todo está en riesgo.

“Debemos reconocer que la COVID-19 seguirá cobrando un precio. Incluso con la vacunación, sigue siendo una amenaza para los pacientes vulnerables (personas ancianas, frágiles y enfermas) y seguirá apareciendo en los certificados de defunción”, dice Mark Woolhouse, Profesor de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Edimburgo. “La esperanza de vida cayó en todo el mundo en 2020-21 y puede pasar algún tiempo antes de que se recupere por completo”.

“Debemos reconocer que la COVID-19 seguirá cobrando un precio. Incluso con la vacunación, sigue siendo una amenaza para los pacientes vulnerables (personas ancianas, frágiles y enfermas) y seguirá apareciendo en los certificados de defunción”: Mark Woolhouse, de la Universidad de Edimburgo.

Existe incertidumbre sobre las variantes y subvariantes del SARS-CoV-2 que puedan surgir en el futuro.

Lucha con marcadas desigualdades

Cabe recordar que la declaratoria como pandemia ocurrió el 11 de marzo de 2020 en medio de las críticas de científicos y expertos de todo el mundo, debido al retraso, y se cuestionó el reglamento sanitario internacional por anacrónico.

En términos prácticos, la declaratoria de emergencia es una forma de alertar a la comunidad internacional sobre el peligro de una enfermedad que se extiende e incide en varios continentes y con gran potencial de propagación mundial, pero, fundamentalmente, es un grito de alarma sobre la gravedad y el riesgo que representaba el coronavirus.

La COVID-19 sigue siendo una pandemia que continúa afectando a miles de personas en todo el planeta; por definición, una pandemia es una epidemia de una enfermedad infecciosa que se propaga en un área geográficamente extensa, ya sea en varios continentes o en todo el mundo, afectando a un número considerable de personas. Este criterio se sigue aplicando al SARS-CoV-2 y a otras enfermedades como el VIH-Sida, el cólera y el paludismo.

El presidente del Comité de Emergencia de la OMS, Didier Houssin, reconoció que, si bien el cierto que el virus continúa circulando y hay muchas incertidumbres sobre su evolución, “la situación ha mejorado considerablemente, con menos mortalidad y más inmunidad, ya sea inducida por las vacunas o por las infecciones naturales”.

La pandemia por el coronavirus continúa y se suma a las enfermedades infecciones que afectan a a la población mundial.

La amenaza para la salud pública generada por el coronavirus continúa y llegó para quedarse; se ha convertido en otra enfermedad infecciosa que afecta la salud humana, un mal endémico que no quiere decir inofensiva, como falsamente muchos funcionarios públicos quieren hacer creer.

Una marca notable en la lucha contra la COVID-19 han sido las marcadas desigualdades en el acceso a herramientas que salvan vidas, tanto a nivel internacional como en todos los países, que en muchos de ellos permanecen e, incluso, se han acentuado, como es el caso de México. “Las naciones tienen la oportunidad de reforzar sus sistemas sanitarios para futuras pandemias”, sostiene el informe de la OMS.

El mismo Tedros Ghebreyesus reconoció que una de las mayores tragedias de la COVID-19 es que no tendría por qué haber ocurrido de la manera en que se presentó. “Tenemos las herramientas y las tecnologías para prepararnos mejor ante las pandemias, para detectarlas antes, para responder más rápido y para mitigar su impacto”.

Junto con la crisis sanitaria internacional se generaron otras crisis globales como la económica, la social, política, laboral, y muchas más. “La COVID-19 ha cambiado el mundo y nos ha cambiado”, dijo Tedros Ghebreyesus. “Ha causado una grave agitación social, con fronteras cerradas, movimiento restringido, escuelas cerradas y millones de personas que han experimentado soledad, aislamiento, ansiedad y depresión”.

La amenaza para la salud pública generada por el coronavirus continúa y llegó para quedarse; se ha convertido en otra enfermedad infecciosa que afecta la salud humana, un mal endémico que no quiere decir inofensiva, como falsamente muchos funcionarios públicos quieren hacer creer.

Tal como lo afirma la misma declaración de la OMS: “Lo peor que cualquier país podría hacer ahora es usar esta noticia como una razón para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su gente de que la COVID-19 no es para preocuparse”.

Si todos volvemos a cómo eran las cosas antes de la COVID-19, no habremos aprendido nuestras lecciones y le habremos fallado a las generaciones futuras, enfatizó el organismo multilateral. La pandemia continúa.

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