El tiempo verde, es decir, el tiempo que destinan las personas para estar al aire libre, rodeadas de plantas y en espacios verdes, ha sido recomendado durante mucho tiempo por los científicos como una forma de restaurar nuestra atención de las demandas de la vida diaria, un servicio que la naturaleza nos presta para desconectarnos de las preocupaciones, tensiones y el estrés del trabajo cotidiano.
Se ha demostrado que la naturaleza tiene beneficios restauradores para nuestras mentes y cuerpos que brindan una sensación de alegría comparable a una celebración como los cumpleaños o las fiestas decembrinas.
Por otro lado, desde hace algunos lustros se sabe que los adolescentes hiperconectados a sus dispositivos electrónicos son más infelices: aumenta su ansiedad, depresión y problemas para dormir, pero ahora una nueva investigación demuestra que también los adultos jóvenes pasan mucho más tiempo en las pantallas de sus teléfonos inteligentes que en la poca naturaleza de nuestras ciudades.
El estudio llevado a cabo por científicos de Dinamarca y Estados Unidos, encabezados por Kelton Minor, del Instituto de Ciencia de Datos de la Universidad de Columbia, en Nueva York, observó que las visitas a los parques de las ciudades no siempre reducen el tiempo que los jóvenes destinan para ver las pantallas de sus dispositivos.
El tiempo verde es el tiempo que pasamos en parques; es un servicio que la naturaleza nos presta para desconectarnos de las preocupaciones, tensiones y el estrés del trabajo cotidiano.
El estudio publicado en la revista Environment and Behavior es uno de los primeros en comparar el tiempo que se destina a las pantallas de los teléfonos inteligentes con el tiempo que se pasa en espacios verdes al aire libre (ver: https://doi.org/10.1177/00139165231167165).
“La evidencia vincula la exposición a espacios verdes con beneficios restauradores para la cognición y el bienestar, pero el contacto con la naturaleza está disminuyendo para la población más joven”, señalan los científicos.
Para medir el uso de los teléfonos inteligentes, los científicos obtuvieron el consentimiento de 701 participantes para compartir los datos de sus teléfonos inteligentes durante dos años; de esta manera, los científicos obtuvieron más de 2.5 millones de registros como mensajes de texto, llamadas y tiempo de uso de pantalla, así como los horarios y el lugar.
se sabe que los adolescentes hiperconectados a sus dispositivos electrónicos son más infelices: aumenta su ansiedad, depresión y problemas para dormir.
Gracias a esta medición, los investigadores tuvieron a su disposición una gran cantidad de datos con los que pudieron determinar que, en lugar de disminuir, la actividad de los dispositivos móviles aumentó durante las visitas a los parques de la ciudad y otros espacios verdes urbanos.
Pasaban más del doble de tiempo en sus teléfonos inteligentes, aún rodeados de espacios verdes, arrojan los resultados de la investigación. Esto significa que los viajes cortos a los parques de la ciudad están perdiendo su capacidad de desintoxicación digital.
En cambio, las visitas más largas a zonas más silvestres, como bosques o reservas naturales lejos de las ciudades, sí proporcionan esa desintoxicación digital. Esto significa que la exposición a la naturaleza puede ayudar a la inhibición del impulso del uso de dispositivos durante las primeras 3 horas.
Información relacionada:
– La infelicidad digital de los adolescentes
en lugar de disminuir, la actividad de los dispositivos móviles de los adultos jóvenes aumentó durante las visitas a los parques de la ciudad y otros espacios verdes urbanos.
Al menos por un tiempo, se desconectan de sus pantallas y de las redes sociales. La biosfera puede proporcionar un respiro del ciberespacio para los jóvenes hiperconectados.
Los investigadores consideran que las experiencias visuales y sensoriales de la naturaleza ayudan a fortalecer la capacidad de las personas para concentrarse mejor en la vida, más allá de sus teléfonos inteligentes.
Sin duda, nos encontramos en una era caracterizada por la increíble atracción que ejercen los teléfonos inteligentes y el mundo virtual, pero también se está poniendo en riesgo nuestra salud mental por la demandante vida digital.
De ahí la importancia de llevar a cabo más investigaciones que analicen y propongan una relación más saludable con las nuevas tecnologías y los dispositivos electrónicos móviles.
las experiencias visuales y sensoriales de la naturaleza ayudan a fortalecer la capacidad de las personas para concentrarse mejor en la vida, más allá de sus teléfonos inteligentes.
