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Se fortalece hipótesis del origen zoonótico de la COVID-19

El Grupo de Asesoramiento Científico sobre el Origen de Nuevos Patógenos (SAGO, por sus siglas en inglés), de la Organización Mundial de la Salud (OMS), llamó al gobierno chino y a todos los científicos del planeta que cuentan con datos metagenómicos y de secuenciación genética disponibles sobre el origen de la COVID-19 a que los compartan lo antes posible a la comunidad científica internacional.

“Recomendamos encarecidamente que los investigadores en China investiguen las fuentes anteriores de los animales y productos animales presentes en el mercado de Huanan, justo antes de su cierre y de la eliminación de todos los productos animales el 1 de enero de 2020”, solicitó el grupo de 26 científicos de 26 naciones diferentes, entre ellos María Guzmán, directora del Centro de Investigación, Diagnóstico y Referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri, de Cuba.

En un comunicado de la OMS del 18 de marzo de 2023, los científicos piden que se hagan públicos en el GISAID –una iniciativa de ciencia global que proporciona acceso abierto a datos genómico del coronavirus responsable de la pandemia de COVID-19–, o en cualquier otra base de datos de secuencias, y que las preimpresiones de artículos científicos que están en revisión se compartan lo antes posible para que la comunidad científica tenga la oportunidad de analizarlos más a fondo (Consultar en: https://www.who.int/news/item/18-03-2023-sago-statement-on-newly-released-sars-cov-2-metagenomics-data-from-china-cdc-on-gisaid).

La declaración ocurrió luego de que el pasado 16 de marzo, un equipo internacional de expertos en virus encabezados por la francesa Florence Débarre, bióloga evolucionista del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS, por sus siglas en francés), afirmó que habían encontrado datos genéticos del mercado húmedo de Huanan, en la ciudad de Wuhan, China, que vincula el origen del SARS-CoV-2 con los perros mapache que se vendían ahí como parte del comercio ilegal de animales silvestres, que suelen venderse por todo el país asiático por tradiciones sociales y medicinales.

el pasado 16 de marzo, un equipo internacional de expertos afirmó que habían encontrado datos genéticos del mercado húmedo de Huanan, que vincula el origen del SARS-CoV-2 con los perros mapache que se vendían ahí como parte del comercio ilegal de animales silvestres.

El perro mapache o mapache chino, llamado así por su parecido al mapache, es un cánido nativo del este de Asia emparentado con el zorro. Es comercializado de manera ilegal en los mercados húmedos de China y podría ser el intermediario portador del coronavirus que saltó al ser humano y originó la pandemia de COVID-19.

Comercio de animales silvestres

El gobierno chino había negado sistemáticamente la presencia de mamíferos silvestres vivos en el mercado de Huanan, hasta que una investigación publicada en junio de 2021 en la revista Scientific Reports del grupo Springer Nature (https://doi.org/10.1038/s41598-021-91470-2), demostró que en Huanan se vendían 38 especies de animales salvajes entre ellas 18 mamíferos, desde dos años antes de la pandemia.

“Aquí documentamos 47 mil 381 individuos de 38 especies, incluyendo 31 especies protegidas, vendidas entre mayo de 2017 y noviembre de 2019 en los mercados de Wuhan”, señala el equipo de científicos de Canadá, China y Reino Unido, encabezados por Zhao‑Min Zhou, investigador del Laboratorio Clave de Conservación de los Recursos de Vida Silvestre del Suroeste de China.

Los investigadores no encontraron muestras de pangolines (o murciélagos), lo cual desecha la opinión inicial de que este animal probablemente era el huésped indirecto como fuente original de la actual pandemia de coronavirus.

“Los animales salvajes a la venta en Wuhan sufrían malas condiciones de bienestar e higiene y detallamos una variedad de otras infecciones zoonóticas que potencialmente pueden transmitir enfermedades”, indican los científicos.

Aunque las autoridades negaron la presencia de mamíferos en Huanan, en respuesta ante la pandemia los ministerios de China prohibieron temporalmente todo el comercio de vida silvestre desde el 26 de enero de 2020, hasta que concluyera la pandemia de COVID-19, y el 24 de febrero de 2020 se prohibió permanentemente comer y comerciar animales salvajes terrestres (que no sean ganado) como alimentos.

Animales en venta en el mercado de mariscos de Huanan, pueden observarse: (a)serpiente rata rey (Elaphe carinata); (b) Rata de bambú china (Rhizomys sinensis); (c) erizo de Amur (Erinaceus amurensis); (d) Perro mapache (Nyctereutes procyonoides); (e) Marmota (Marmota himalayana) (debajo de las marmotas hay una jaula que contiene erizos); y (f) tejón de cerdo (Arctonyx albogularis). Imagen tomada de: Scientific Reports, doi.org/10.1038/s41598-021-91470-2.

Desde el inicio de la pandemia, hace más de tres años, el debate internacional sobre su orígen ha oscilado entre cuatro hipótesis y dos grandes líneas de investigación: que el SARS-CoV-2 saltó de animales silvestres al ser humano (zoonosis), y que el patógeno se liberó accidentalmente desde un laboratorio científico.

De hecho, la semana antepasada la Oficina de Inteligencia y Contrainteligencia del Departamento de Energía de EE. UU. (DOE, por sus siglas en inglés), publicó información no confirmada de que el coronavirus pudo haberse diseminado accidentalmente desde un laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan. Esta es la segunda entidad de inteligencia del Gobierno de Estados Unidos, después del FBI, que respalda la “hipótesis de la fuga de laboratorio”, una opinión minoritaria, hasta ahora.

El origen del SARS-CoV-2 es un tema de gran importancia internacional ya que la enfermedad ha cobrado la vida de más de 20 millones de personas en todo el mundo y ha generado crisis financieras, sociales y ha colapsado los sistemas de salud de varios países, y al no contarse con información exhaustiva y fidedigna, se ha originado un intenso debate.

Fotografías de 2020 de: (a) Mercado de mariscos de Huanan, (b) Mercado de animales vivos de Qiyimen, (c) Mercado de Baishazhou y (d) Dijiao mercado de mascotas al aire libre, con perro callejero fotografiado el 10 de abril de 2020. Imagen tomada de: Scientific Reports, doi.org/10.1038/s41598-021-91470-2.

en enero de 2020 Los científicos chinos recolectaron mil 380 muestras del medio ambiente y animales dentro del mercado de huanan y los publicaron en la base de datos de GISAID, pero semanas después fueron eliminados.

Análisis del mercado de mariscos

Ante los primeros casos del coronavirus el gobierno chino envió, en enero de 2020, a un equipo de investigadores del Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades (los CDC chinos), encabezados por George Gao, a recopilar muestras en el mercado de mariscos de Huanan, del que se obtuvieron datos metagenómicos de varios puestos, de los alrededores del mercado, de aguas residuales y animales vivos que se localizaron cerca.

Los resultados metagenómicos fueron publicados en el GISAID a principios de 2020 por los investigadores chinos, pero después de algunas semanas fueron eliminados y ocultados.

Algunos de los análisis de estos datos fueron revelados en febrero de 2022 en un artículo en la revista Research Square del grupo Springer Nature, dos años después del surgimiento de la pandemia (Ver: https://doi.org/10.21203/rs.3.rs-1370392/v1).

Los resultados de esa investigación indican que, además de las secuencias del SARS-CoV-2, se obtuvieron muestras que contenían ADN humano y ADN mitocondrial de varias especies de animales, incluidas algunas que se sabe que son susceptibles al coronavirus, especialmente de perros mapache, civetas, ardillas, muntíaco chino, marmotas, comadrejas, visones, erizos, puercoespines de Malasia, ratas de bambú, entre otros.

De acuerdo con el artículo, se recolectaron mil 380 muestras del medio ambiente y animales dentro del mercado a principios de 2020; 73 de 923 muestras ambientales dieron positivo para la prueba de RT-qPCR específico del SARS-CoV-2, de varios puestos y del sistemas de alcantarillado en el mercado y en sus alrededores, pero, supuestamente, no se detectó el virus en 457 pruebas analizadas en animales.

Las pruebas en animales se realizaron en sus cuerpos, canales de animales congelados y productos animales, así como animales callejeros en el mercado, y cubrieron 18 especies. De acuerdo con el artículo, los perros mapaches no se encontraban entre los animales analizados.

Sin embargo, la presencia de altos niveles de ADN mitocondrial del perro mapache en los datos metagenómicos de esas muestras ambientales fueron identificadas en el análisis de Débarre, lo que sugiere que el perro mapache y otros animales se encontraban en el mercado junto al coronavirus, poco antes de que fuera desalojado el 1 de enero de 2020, como parte de las medidas sanitarias de las autoridades, ante la emergencia.

La investigadora Florence Débarre, del CNRS, comunica a través de su cuenta de Twitter, que no otorgará entrevistas hasta que se publique su investigación sobre las muestras genéticas tomadas por los científicos chinos en el mercado de mariscos de Huanan.

Investigación en puerta

Florence Débarre, bióloga evolucionista del CNRS, uno de los centros científicos más importantes de Francia, y algunos investigadores de otras partes del mundo pudieron acceder y bajar la información del GISAID antes de que fuera eliminada.

Consultada por la revista Science, Débarre dijo que mientras realizaba otra investigación sobre GISAID, el 4 de marzo de 2020, se encontró “al azar” con los datos de las secuencias y le tomó 5 días reconocer su trascendencia y extensión.

Se acercó a otros científicos coautores de dos artículos que se encontraban en revisión y que fueron publicados en julio de 2022 en la revista Science, (DOI: 10.1126/science.abp8337 y DOI: 10.1126/science.abp8715) respaldando la teoría del origen de la COVID-19 en el mercado de mariscos Huanan, y que le han permitido a ella fortalecer la hipótesis del origen zoonótico de la pandemia.

La investigadora francesa se encuentra preparando el artículo con la información eliminada por los científicos chinos y dada a conocer la semana pasada. “No planeábamos comunicar los resultados antes de que nuestro informe se hubiera finalizado. Terminarlo es mi prioridad actual. No daré entrevistas antes de que se publique”, comentó a través de su cuenta de twitter a los periodistas que la han buscado de todo el mundo para hablar de su investigación.

A la luz de esta información, la OMS, el grupo de investigadores del SAGO y otros científicos, sostuvieron reuniones con las autoridades de los CDC y científicos chinos, entre ellos George Gao, para solicitarles el análisis actualizado de sus datos y también se comunicaron con otros investigadores como Débarre, para pedirles que suban sus datos al GISAID y hacerlos públicos, al menos temporalmente.

Lista de las muestras de animales localizados en el mercado húmedo de Huanan, epicentro del coronavirus. Imagen tomada de: Scientific Reports, doi.org/10.1038/s41598-021-91470-2.

“Estos datos podrían y deberían haberse compartido hace tres años, Seguimos pidiendo a China que sea transparente en el intercambio de datos y que realice las investigaciones necesarias y comparta los resultados”:

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.

“Estos datos podrían y deberían haberse compartido hace tres años”, dijo Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la Organización Mundial de la Salud. Imagen cortesía de: OMS.

Reacción de la OMS

El viernes 17 de marzo, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que la organización se enteró por primera vez de las secuencias el domingo 12 de marzo.

“Tan pronto como nos enteramos de estos datos, nos comunicamos con los CDC chinos y les instamos a compartirlos con la OMS y la comunidad científica internacional para que puedan analizarse”, dijo Ghebreyesus. (Consultar en: https://www.who.int/director-general/speeches/detail/who-director-general-s-opening-remarks-at-the-media-briefing—17-march-2023).

Para la OMS estos datos no brindan una respuesta definitiva a la pregunta de cómo comenzó la pandemia, pero cada dato es importante para acercarse a esa respuesta. Lo que sí prueban las secuencias genéticas reveladas, es que China tiene más información que podría relacionarse con los orígenes de la pandemia que aún no ha compartido con el resto del mundo.

“Estos datos podrían y deberían haberse compartido hace tres años”, dijo Ghebreyesus. “Seguimos pidiendo a China que sea transparente en el intercambio de datos y que realice las investigaciones necesarias y comparta los resultados”, dijo.

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