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sábado, mayo 11, 2024
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Tratamientos contra el SARS-CoV-2

Desde que se declaró la pandemia de COVID-19 hace 17 meses, más de 220 millones de personas han enfermado en todo el mundo y más de cuatro millones y medio han perdido la vida hasta el día de hoy. En este lapso se han llevado a cabo alrededor de 4 mil investigaciones en todo el planeta para probar medicamentos y tratamientos terapéuticos efectivos y seguros, sin embargo, la complejidad de las afecciones que causa el SARS-CoV-2 han hecho esta tarea sumamente difícil y hasta ahora no existe un procedimiento terapéutico específico y tampoco un medicamento efectivo.

Si bien en algunos países la vacunación está teniendo un impacto sustancial en el número de casos y de hospitalizaciones por el coronavirus, en nuestro país, debido a la fallida “estrategia” de vacunación, no ocurre lo mismo: en el mes de agosto hubo días que diariamente costó la vida a cerca de mil personas y el contagió  a decenas de miles.

Sin embargo, el acceso limitado a las vacunas hacen que muchas poblaciones sigan siendo vulnerables o todavía hay incertidumbre sobre la duración de la protección y la eficacia de las vacunas actuales ante las nuevas variantes del SARS-CoV-2, incluso en algunas personas ya vacunadas o que han sido infectadas se desconoce el tiempo de protección de sus sistemas inmunitarios. A esto se suma la explosión de información falsa o tendenciosa sobre el uso de ciertos medicamentos, tratamientos o procedimientos sin base científica alguna.

De ahí la urgente necesidad de contar con tratamiento eficaz, confiable y accesible que tome en cuenta los nuevos hallazgos que surgen por todo el mundo y su contexto para proporcionar recomendaciones claras a los médicos en su práctica clínica y para informar adecuadamente a los pacientes y sus familiares, pero ninguno ha tenido resultados tan exitosos como las vacunas aprobadas hasta ahora.

Se han probado casi todos los antivirales disponibles, incluidos aquellos contra el sida, el Ébola y la hepatitis, así como antiinflamatorios, antimicrobianos, monoclonales, inmunosupresores y una gran variedad de medicamentos, pero la mayoría de las terapias ha tenido resultados muy limitados o nulos.

Se han sugerido una larga serie de tratamientos potenciales para la COVID-19, pero aún no se sabe si alguno de ellos resultará eficaz y ayudará a las personas enfermas a recuperarse o a establecer estándares de atención hospitalaria.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó la guía llamada Terapéutica y COVID-19: guía viva (https://www.who.int/publications/i/item/WHO-2019-nCoV-therapeutics-2021.2), cuya actualización más reciente data del 6 de julio de este año y reúne los conocimientos obtenidos en los más de 3 mil 800 ensayos clínicos que ha registrado la OMS con diversos tratamientos farmacológicos y algunos de ellos se encuentran en experimentación; asimismo, reúne los resultados de algunos grandes ensayos nacionales o internacionales.

Aquí hago un breve (e inacabado) recuento de algunas de las más importantes terapéuticas investigadas en diferentes ensayos internacionales.

el Acelerador de Intervenciones Terapéuticas y las Vacunas de COVID-19 (ACTIV, por sus siglas en inglés) una iniciativa de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, está orientada al desarrollo de una estrategia de investigación coordinada para acelerar la obtención de medicamentos y vacunas, algunas de las cuales ya se están aplicando.

A nivel internacional se realizan varios ensayos globales también en varios países se llevan a cabo experimentos nacionales para encontrar los mejores medicamentos y terapéuticas contra la COVID-19. En México no existe ningún gran ensayo nacional que busque tratamiento o medicamento alguno.

Solidarity PLUS

Organizado y coordinado por la OMS el ensayo Solidarity PLUS (disponible en: https://www.isrctn.com/ISRCTN18066414) tiene el objetivo de probar tres medicamentos: el artesunato, un antiparasitario que se emplea para el tratamiento de casos graves de paludismo; el imatinib, un bloqueador de crecimiento de células que se utiliza en el tratamiento de algunos tipos de cáncer; y el infliximab, un anticuerpo monoclonal con potente acción antiinflamatoria que se usa contra enfermedades del sistema inmunológico como la enfermedad de Crohn y la artritis reumatoide.

Se lleva a cabo en más de 14 mil personas infectadas de 52 países, entre ellos México. Es la segunda parte del ensayo Solidarity, donde se seleccionaron cuatro medicamentos: la cloroquina e hidroxicloroquina, usada con éxito contra la malaria; el remdesivir, que se emplea contra el Ébola; el opinavir y ritonavir, usados contra el VIH; y el interferón beta. Pero luego de varios meses de experimentación ninguno tuvo buenos resultados contra el coronavirus.

En Solidarity PLUS participan más estados miembros de la OMS que en el primer ensayo. Las pruebas clínicas serán llevadas a cabo por 2 mil investigadores en más de 600 hospitales de 52 países (22 más que en el primer experimento). Para ello, serán reclutados 14 mil 200 pacientes en quienes se evaluarán múltiples tratamientos al mismo tiempo, utilizando un solo protocolo.

RECOVERY

Es un ensayo clínico internacional llevado a cabo por el Reino Unido, que incluye a Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte, con más de 42 mil participantes de 186 hospitales o clínicas, cuyo objetivo es identificar los tratamientos que pueden ser beneficiosos para las personas hospitalizadas con sospecha o confirmación de COVID-19 (https://www.recoverytrial.net/).

La iniciativa es encabezada por Peter Horby, profesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Salud Global de la Universidad de Oxford, quien, junto con sus colegas, está probando estos medicamentos: Baricitinib, un fármaco inmunomodulador utilizado en la artritis reumatoide; dimetilfumarato, un medicamento inmunomodulador utilizado en la psoriasis y la esclerosis múltiple; dosis altas de corticoides, potentes antiinflamatorios e inmunosupresores; empagliflozina, un inhibidor de sodio-glucosa utilizado en la diabetes, enfermedades cardíacas y renales; azitromicina, un antibiótico de amplio espectro.

Algunos de estos medicamentos ya se han analizado y otros aún se encuentran en experimentación, sin embargo, los datos del ensayo se revisan periódicamente para identificar rápidamente cualquier otro tratamiento eficaz y ponerlo a disposición de todos los pacientes.

REMAP-CAP

Es una red global de especialistas en Neumonía Adquirida en la Comunidad (NAC), un síndrome que afecta a personas que no han sido hospitalizadas, pero desarrollan una infección aguda de los pulmones, y ante la pandemia de COVID-19 han establecido un protocolo para desarrollar un tratamiento efectivo contra este padecimiento que es una de las principales causas de muerte por infección en todo el mundo.

Se trata de un ensayo aleatorio, integrado, multifactorial y de plataforma adaptativa para la neumonía que se está probando en 15 mil 262 pacientes en 330 hospitales de 21 países. Los tratamientos que se están probando en este ensayo van dirigidos tanto a la infección como sus efectos en el organismo. El objetivo de este estudio es ayudar a los médicos a saber qué tratamientos funcionan mejor en cada caso, con un diseño de ensayo innovador para evaluar de forma eficiente múltiples intervenciones simultáneamente.

Algunos de los estudios que se están realizando son: evaluación del tratamiento prolongado con macrólidos, como modulador de la función inmunitaria; estrategias alternativas de corticosteroides; plasma convaleciente para COVID-19; anticoagulación a dosis terapéuticas con heparina de bajo peso molecular con la tromboprofilaxis farmacológica estándar; altas dosis de vitamina C para pacientes con NAC grave; evaluación del uso de simvastatina; aspirina o un inhibidor de P2Y12; inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (IECA); y bloqueador de receptores de angiotensina en combinación con un inhibidor de los receptores de quimiocinas.

Asimismo, REMAP-CAP (https://www.remapcap.org/coronavirus) está explorando opciones para aumentar el número de centros participantes en los lugares donde actualmente se llevan a cabo las pruebas, así como para iniciar el reclutamiento de nuevos países para ampliar el ensayo.

Los ensayos clínicos analizan tratamientos y medicamentos con el objetivo de brindar información sólida basada en la investigación científica para los médicos que se encuentran en la primera línea de atención de los pacientes de COVID-19.

ACTIV

Sin lugar a dudas, el Acelerador de Intervenciones Terapéuticas y las Vacunas de COVID-19 (ACTIV, por sus siglas en inglés) una iniciativa de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos junto con centros de investigación, y hospitales tanto públicos como privados (https://www.nih.gov/research-training/medical-research-initiatives/activ), es la más ambiciosa y amplia de todas; está orientada al desarrollo de una estrategia de investigación coordinada para acelerar la obtención de medicamentos y vacunas, algunas de las cuales ya se están aplicando.

Fue establecida para coordinar y agilizar los procesos; para aprovechar al máximo los recursos de investigación biomédica; realizar pruebas de los compuestos preclínicos; llevar a cabo investigaciones sobre el diagnóstico, la prevención y las estrategias de tratamiento. Abarcó todos los aspectos biomédicos involucrados, no solo se trata de probar medicamentos sino de compartir información, cruzar resultados y establecer protocolos, entre otros.

Lleva a cabo más de 100 ensayos de aspectos preventivos y tratamientos con el objetivo de brindar información sólida basada en la investigación científica a los médicos que se encuentran en la primera línea de atención de los pacientes.

ACTIV lleva a cabo cuatro áreas de enfoque y van desde tratamientos preclínicos; evaluación de modelos animales; de pruebas de diagnóstico y se evalúan los efectos de las variantes virales en las vacunas y su terapéutica; se aceleran pruebas clínicas de vacunas y tratamientos más prometedores.

También trabajos clínicos sobre las diversas terapias, el desarrollo de un inventario completo de posibles candidatos. Asimismo, los ensayos clínicos se realizan en diferentes poblaciones y etapas de la enfermedad. También se evalúan los enfoques para comprender la eficacia de las vacunas frente a la prevención de la infección y la transmisión. Asimismo ACTIV tiene un grupo de trabajo llamado TRACE que se centra en la supervisión de la aparición y circulación mundial de las mutaciones del SARS-CoV-2.

Este ensayo estadounidense está evaluado cientos de agentes terapéuticos disponibles con aplicación potencial para la COVID-19, entre algunos de estos fármacos se encuentran los moduladores de inmunitarios como infliximab, abatacept y cenicriviroc; anticuerpos monoclonales; antitrombóticos; medicamentos de gran efecto como danicopan y lenzilumab; fármacos de reasignación como ivermectina, fluvoxamine y fluticasone; remdesivir; y plasma convaleciente, entre otros.

Para el caso de México no existe ningún gran ensayo nacional que busque tratamiento o medicamento alguno. El gobierno elaboró una Guía clínica para el tratamiento de la COVID-19 en México, que puede consultarse en este enlace (https://www.gob.mx/telecomm/documentos/guia-clinica-para-el-tratamiento-de-la-covid19-en-mexico) publicado el 2 de agosto de 2021, sin embargo, en este documento solo se hace un muy breve recuento de algunos de los medicamentos que ya se han utilizado en los ensayos globales internacionales mencionados en este artículo y prácticamente no se hace referencia a investigaciones clínicas hechas en nuestro país; de hecho, solo se mencionan dos artículos realizados por investigadores mexicanos.

Este documento es una simple recopilación incompleta que difícilmente sirve para guiar a médicos que atienden a pacientes mexicanos de COVID-19, solo se brinda una lista incompleta de algunos medicamentos que ya se probaron en los ensayos internacionales o que se están experimentando.

 
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