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sábado, mayo 11, 2024
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Descubren nuevo dinosaurio con brazos diminutos

Una nueva especie de dinosaurio depredador, un carnívoro gigante con brazos desproporcionadamente cortos que contrastan con sus enormes dimensiones, con cráneos y mandíbulas temibles y patas traseras poderosas, muy parecida al Tyrannosaurus rex, fue descubierta por un equipo de científicos argentinos y estadounidenses.

El hallazgo de los restos fósiles de Meraxes gigas en la Patagonia, Argentina, hace diez años, indica que los brazos diminutos evolucionaron de forma independiente en diversas especies de dinosaurios. De hecho, primero fue el M. gigas y millones de años después el T. rex evolucionó como una especie distinta.

Medía 11 metros de largo, pesaba 4 toneladas y tenía 45 años de edad cuando murió. Vivió durante la época del Cretácico Superior, hace 95 millones de años. Los investigadores nombraron a la nueva especie por un dragón de la serie televisiva Juego de Tronos, pero en realidad sus brazos se parecen más a los del personaje Rex de Toy Story.

Los restos fósiles del Meraxes es de los más completos que han encontrado los paleontólogos hasta ahora e incluye casi la totalidad del cráneo, las caderas, brazos y piernas del animal. Imagen cortesía de: Current Biology.

De acuerdo con la investigación publicada en la revista Current Biology, los M. gigas están muy separados en el árbol evolutivo del T. rex, se extinguieron casi 20 millones de años antes que apareciera el popular tiranosaurio. “No hay una relación directa entre ambos”, dijo Juan Canale, científico del Museo Paleontológico Ernesto Bachmann en Neuquén, Argentina, y líder del proyecto, quien sugiere que los brazos diminutos de alguna manera les dio algún tipo de ventaja de supervivencia.

Junto con el Giganotosaurus pertenecía a un familia poco conocida de los Carcharodontosauridae, y fueron los depredadores dominantes que habitaron casi todos los continentes durante el Cretácico temprano. A pesar de que se han realizado numerosos descubrimientos de estas especies en las últimas tres décadas, algunos aspectos de su anatomía siguen siendo poco conocidos por lo que estos hallazgos son clave para conocer más sobre ellos.

El hallazgo de los restos fósiles de Meraxes gigas en la Patagonia, Argentina, hace diez años, indica que los brazos diminutos evolucionaron de forma independiente en diversas especies de dinosaurios.

El descubrimiento fue realizado por un equipo de científicos argentino-estadounidense encabezado por Juan Canale, científico del Museo Paleontológico Ernesto Bachmann en Neuquén, Argentina. Foto cortesía de: Carlos Papolio.

El descubrimiento de Meraxes es uno de los esqueletos de carcarodontosáuridos más completos que los paleontólogos han encontrado hasta ahora e incluye casi la totalidad del cráneo, las caderas, brazos y piernas del animal.

“Estoy convencido de que esos brazos proporcionalmente diminutos tenían algún tipo de función. El esqueleto muestra grandes inserciones musculares y cinturas pectorales completamente desarrolladas, por lo que el brazo tenía músculos fuertes”, señaló Canale. Esto significa que los brazos no se encogieron porque eran inútiles para los dinosaurios, pero aún no se sabe del todo cuáles eran exactamente sus funciones.

Los investigadores consideran que los antepasados de este dinosaurio tenían brazos largos, pero se redujeron a medida que desarrollaron cabezas más grandes y poderosas con las que sujetaban a sus presas directamente, por lo que sus brazos eran innecesarios para cazar y las usaban para otro tipo de actividades como el comportamiento reproductivo, para sostener a la hembra durante el apareamiento o para ponerse de pie después de un descanso o una caída.

El cráneo de Meraxes estaba decorado con crestas, surcos, protuberancias y pequeños cuernos, que probablemente usaban para atraer parejas. Imagen cortesía de: Jorge A Gonzalez.

El artículo científico señala que el cráneo de Meraxes estaba decorado con crestas, surcos, protuberancias y pequeños cuernos, lo cual aporta más pruebas de que los carchardontosáuridos alcanzaron su máxima diversidad poco antes de su extinción, con elevadas tasas de evolución de rasgos en la ornamentación facial posiblemente vinculados a una función de señalización social.

“Esas ornamentaciones aparecen tarde en el desarrollo cuando los individuos se vuelven adultos”, afirmó Canale. El equipo de científicos cree que esas características probablemente se usaron para atraer parejas potenciales.

Los investigadores realizaron la comparación de estos hallazgos con otros grandes dinosaurios y observaron que los mega-depredadores de las tres familias de tópodos crecieron de forma similar y, a medida que evolucionaron, sus cráneos se hicieron más grandes mientras que sus brazos se acortaron progresivamente.

 

 
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