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sábado, mayo 11, 2024
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Cacao: otro regalo nutracéutico de Mesoamérica al mundo

Trabajo dedicado a nuestros colegas científicos frente a la desproporcionada acusación delictuosa. Es ampliamente conocido que dentro del grupo de las 31 personas, del FCCyT, que han sido señaladas con despropósitos diversos por parte de la FGR, un número menor son científicos en activo, pero todos ellos merecen ser tratados conforme a derecho; tratamiento que contrasta con el otorgado a un alto exfuncionario de PEMEX en el gobierno peñista y que recibió “prisión domiciliaria”.
Adicionalmente a lo anterior, académicos de diversas instituciones en donde se genera ciencia, tecnología e innovación (CTI), y se forman recursos humanos de alto nivel están recibiendo restricciones notables a expresarse públicamente sobre las características, aciertos y desaciertos del sistema de CTI; medidas que parecen contrastar con la invitación reciente del Presidente de la República a los académicos mexicanos a expresarse abiertamente de las fallas y deshonestidades en las instituciones académicas; deshonestidades que por cierto se tiene la fuerte impresión que no costaría mucho trabajo identificarlas, y así proceder a su corrección.
Tuve la oportunidad de estudiar en uno de los países que habían pertenecido al sistema soviético, y observar los enormes efectos negativos que se vivieron cuando se buscó el silenciamiento de los científicos y expertos, y de sus organismos académicos (i.e., academias de ciencia, de cultura).
Por lo anterior, y con base en experiencias como la antes citada, entre otras, los organismos nuestros y sus representantes deben invitar a los mexicanos y mexicanas que se dedican a construcción del conocimiento y a la cultura, en toda la geografía nacional, a expresarse generosamente para mejorar el estado actual de cosas; seguramente lo harán con atingencia y respeto. Para ellos también es extensiva esta  dedicatoria. Y finalmente, busquemos todos los involucrados en la educación, CTI y cultura el diálogo y la concordia y evitemos la polarización política. 

Por Octavio Paredes López* y Talía Hernández Pérez**

El cacao es la base de uno de los productos alimenticios más populares en el mundo: el chocolate; es originario de nuestro país y es su centro indiscutible de distribución, aunque existen algunos académicos peruanos que insisten en que la planta tiene su origen en el alto Amazonas y de ahí llegó a Mesoamérica. Sin embargo, existen abundantes evidencias que los mayas fueron el primer grupo que cultivó y consumió cacao y lo nombraron kakawa; y a la bebida que preparaban a partir del grano la llamaron chocholhaa que significa “agua amarga”.

Los mayas así como los aztecas y otras grandes culturas latinoamericanas identificaron los múltiples beneficios del cacao en la salud; se registraron en esa época más de 150 aplicaciones con propósitos médicos. Los aztecas llamaban al cacao Xocolatl; se cocía con agua, se endulzaba con miel o jugo dulce de arce y se aromatizaba con vainilla.

Cristóbal Colón alrededor del año 1502 fue el primer europeo en conocer el cacao; y un cuarto de siglo después Hernán Cortés lo llevó al rey Carlos I de España quien degustó la bebida y empezó a denominarla “oro café”. De ahí pasó a Francia donde se instaló la primera fábrica de chocolate; y de Francia a Suiza que lo convirtió por siempre en su hogar adoptivo.

A mediados del siglo XVII, el cacao fue usado en Europa como remedio para mejorar la salud y curar diversas enfermedades. El cacao fue particularmente valorado por su capacidad para curar resfríos y tos, mejorar la salud mental y corregir deficiencias nutricionales, entre otras. Fue hasta el año 1753 que el científico sueco, Carlos Lineo, nombró a la planta Theobroma cacao que significa “alimento de los dioses”.

El cacao crece en bosques lluviosos con clima templado y humedad relativa alta. De acuerdo con la Organización Internacional de Cacao (ICCO) la producción a nivel mundial de este fruto entre el año 2016 y 2017 fue de 4 millones 739 mil toneladas, siendo África el principal productor (76%), seguido de América (18%), y Asia y Oceanía (6%). México ocupa el 13er lugar en producción de cacao a nivel mundial con 28 mil toneladas anuales. Los principales estados productores son Tabasco y Chiapas. Solo un pequeño porcentaje de la producción nacional se exporta a Bélgica y a Norteamérica. Por otro lado, se importan granos de cacao provenientes de Ecuador, Costa de Marfil, República Dominicana, Colombia y Ghana, para satisfacer la demanda interna.

El grano de cacao contiene alrededor de 300 diferentes compuestos bioactivos con múltiples beneficios en la salud. tiene capacidad antioxidante, anticancerígena, antiterogénica, antiinflamatoria y cardioprotectora, inmunomodulatoria, vasodilatadora y analgésica.

Hay tres principales variedades de cacao: 1) Criollo o Nativo, es originario de México; 2) Forastero o Campesino, es originario del Amazonas; y 3)Trinitario, es un cruce entre Criollo y Forastero y es originario de Trinidad y Tobago.

Hay tres principales variedades de cacao: 1) Criollo o Nativo, es originario de México y se cultiva en América, España, el Caribe, Oceanía e Indonesia. Es de gran calidad, tiene pocos taninos, se usa para elaborar chocolates finos y representa el 10% de la producción mundial. 2) Forastero o Campesino, es originario del Amazonas, es el más cultivado en África y a nivel global. El grano es poco aromático y requiere un tueste intenso para aumentar su sabor y aroma. El Forastero se usa para dar cuerpo y volumen al chocolate, pero la acidez, equilibrio y complejidad de los mejores chocolates proviene de la variedad Criolla. Y 3)Trinitario, es un cruce entre Criollo y Forastero y es originario de Trinidad y Tobago; tiene la robustez del Forastero y el delicado sabor del Criollo, y se usa mezclado con otras variedades; la susceptibilidad a enfermedades de esta planta ha afectado su empleo, lo cual contribuyó al desplazamiento de la producción de cacao al África.

El chocolate se produce a partir de la fermentación, tostado, y concheado del grano del cacao. A partir del procesamiento del cacao se obtienen tres productos: polvo y mantequilla de cacao, y chocolate. Se conocen cuatro tipos de chocolate: 1) Amargo, contiene 80% de granos de cacao y mantequilla de cacao. Tiene un sabor intenso y persistente, se derrite en la boca dejando un sabor placentero y amargo al final. La mayoría de los beneficios relacionados con el consumo del chocolate se atribuyen a este producto. 2) Gianduja, es una combinación de avellanas, cacao, y azúcar, y es de color café. 3) Con leche, contiene mantequilla de cacao, azúcar, leche en polvo, lecitina de soya y 20-25% de cacao. Este tipo de chocolate tiene apariencia brillosa, un aroma intenso y persistente, y sabor dulce con un ligero toque amargo de cacao. Y 4) Blanco, contiene mantequilla de cacao, leche y azúcar, sin sólidos de cacao; tiene un sabor dulce y placentero.

El grano de cacao contiene alrededor de 300 diferentes compuestos bioactivos con múltiples beneficios en la salud. El principal componente del grano es la grasa (contiene ácido oleico, esteárico y palmítico), minerales (magnesio, potasio, hierro y zinc), metilxantinas (teobromina y cafeína), polifenoles (epicatequina, catequina, proantocianidinas), así como tiamina, triptófano, y serotonina. Las metilxantinas son un potente estimulante del sistema nervioso central (SNC). Debido a su gran contenido de polifenoles, este grano tiene capacidad antioxidante, anticancerígena, antiterogénica, antiinflamatoria y cardioprotectora, inmunomodulatoria, vasodilatadora y analgésica.

El cacao crece en bosques lluviosos con clima templado y humedad relativa alta. México ocupa el 13er lugar en producción de cacao a nivel mundial con 28 mil toneladas anuales.

El consumo frecuente de cacao y chocolate amargo provee grandes beneficios a la salud, uno de los más reconocidos es su efecto psicoactivo en el SNC, y por lo tanto, se le ha denominado “alimento que mejora el estado de ánimo”. Además, este grano también ha sido denominado “súper fruto” debido a su gran potencial nutracéutico y farmacológico. Por otro lado, es pertinente mencionar que la fibra del cacao es un excelente ingrediente para la elaboración de suplementos alimenticios con importante capacidad antioxidante por su elevado contenido de polifenoles (epicatequina).

Los polifenoles de los frutos y vegetales muestran efecto protector contra enfermedades crónico-degenerativas, incluyendo enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas. Se ha observado que los polifenoles que se encuentran en bebidas de chocolate y chocolate con leche inducen estados de calma y alegría, y también afectan positivamente las funciones endoteliales e incrementan el flujo sanguíneo cerebral. Los polifenoles mejoran la difusión cerebral regional, de esta manera se eficientiza el rendimiento cognitivo, y disminuye la fatiga mental y la pérdida de funciones cognitivas relacionadas con la edad.

Estos compuestos bioactivos del cacao, estimulan la perfusión en el sistema nervioso central, angiogénesis y neurogénesis. No solo los polifenoles del cacao son los responsables de estos sobresalientes beneficios sino también las metilxantinas, teobromina y cafeína.

Varios estudios indican que la ingesta de cacao mejora desórdenes afectivos y síntomas depresivos mediante el incremento de la actividad dopaminérgica central, la cual está relacionada con el estado de ánimo y la función cognitiva. Es importante mencionar que la ingesta de chocolate reduce la fatiga mental y mejora el desempeño durante procesos cognitivos demandantes, y provoca excitación física y euforia.

Por otro lado, la ingesta de chocolate amargo tiene mayores beneficios en la función cognitiva y visión que el chocolate blanco porque este último contiene menos polifenoles, teobromina y cafeína. El cacao y el chocolate tienen capacidad nutracéutica y funcional debido al gran número de sustancias bioactivas que aportan beneficios a la salud. El chocolate presenta características sensoriales con propiedades afrodisíacas y antidepresivas, que afectan positivamente al sistema cardiovascular y nervioso central, así como para el tratamiento y prevención de enfermedades metabólicas y trastornos psicológicos.

El chocolate presenta características sensoriales con propiedades afrodisíacas y antidepresivas, que afectan positivamente al sistema cardiovascular y nervioso central, así como para el tratamiento y prevención de enfermedades metabólicas y trastornos psicológicos.

La ingesta de chocolate amargo tiene mayores beneficios en la función cognitiva y visión que el chocolate blanco porque este último contiene menos polifenoles, teobromina y cafeína.

Durante el procesamiento del chocolate, el cacao puede perder algunos de sus polifenoles, como ocurre con todos los materiales genéticos alimenticios. Se debe tener en cuenta la presencia de un gran número de factores que pueden influir en el impacto del chocolate en la salud, como otros ingredientes de la dieta, el estilo de vida, el medio ambiente, la composición del producto, entre otros. Y sobre estos temas de sobresalientes mensajes nutracéuticos y medicinales, además del placer sensorial del consumo de chocolate, la literatura científica reciente está aportando sólida información sobre el “alimento de los dioses” otorgado por Mesoamérica al mundo; por cierto, y desafortunadamente, libre de regalías como ha ocurrido en la historia de la humanidad: transferencia de la riqueza genética alimentaria y medicinal del sur subdesarrollado al norte con alto desarrollo; pero no a la inversa.

 

*Octavio Paredes López es Premio de la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo (TWAS), Italia. Premio Nacional de Ciencias. Investigador Emérito del Cinvestav-IPN y del SNI-Conacyt.

**Talía Hernández Pérez es auxiliar de investigación, Cinvestav-IPN, Irapuato, Gto.

 
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