Aunque los políticos y servidores públicos mexicanos han soslayado la amenaza que representan las olas de calor por el cambio climático, la salud y la vida de las personas en todo el mundo corren peligro, especialmente aquellas poblaciones de alto riesgo, como los adultos mayores.
Tan solo en Europa el año pasado las olas de calor ocasionaron la muerte de 62 mil 862 personas; el 98% de ellas, es decir, 61 mil 672 de estos fallecimientos, ocurrieron en menos de cuatro meses: entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022.
De ahí la importancia del estudio publicado en la revista Nature Medicine de esta semana, que indica que en Europa el verano del año pasado fue el más caliente de los últimos años y fue mortal para miles de personas en todo el continente (leer el artículo en https://doi.org/10.1038/s41591-023-02419-z).
Si estos fenómenos climáticos contribuyen a una mayor morbilidad y mortalidad en países avanzados y de altos ingresos como los europeos, los países de bajos y medianos ingresos como México, sufren y sufrirán aún más su impacto.
La investigación llevada a cabo por un equipo de científicos de Francia, España y Suiza, encabezado por Joan Ballester, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), enfatiza que a medida que aumenten las temperaturas globales, se espera que la frecuencia y la intensidad de las olas de calor y los veranos calurosos también se incrementarán.
El verano de 2022 fue la temporada más calurosa registrada en Europa y se caracterizó por una serie de olas de calor que rompieron los récords de temperatura ocasionando fallecimientos, sequías e incendios forestales que afectaron a prácticamente todo el continente, especialmente a los países mediterráneos.
“Las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero han conducido al aumento de la temperatura global, que está asociado con un aumento en la frecuencia e intensidad de olas de calor y veranos calurosos”,
Señalan los científicos en Nature Medicine
Sin embargo, no es la primera vez que ocurre una mortalidad semejante por las altas temperaturas en Europa: En 2003, durante los meses de junio a septiembre, las olas de calor causaron la muerte de 71 mil 449 personas.
Este fenómeno metereológico causado por el cambio climático mostró la falta de planes de prevención y la fragilidad de los sistemas de salud para hacer frente a emergencias relacionadas con las altas temperaturas climáticas, algo que en cierta medida se abordó en años posteriores y para lo cual supuestamente estaban preparados los países europeos.
Sin embargo, ni siquiera las estadísticas relacionadas con estos fenómenos son precisas, por ello, el equipo de científicos tuvo que revisar los registros de exceso de mortalidad de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat).
Reexaminaron 45 millones 184 mil 044 fallecimientos de la base de datos Eurostat, que incluye los registros de los 35 países europeos –cuya población total es superior a los 543 millones de personas–, para cuantificar la carga de mortalidad relacionada específicamente con el calor.
Analizaron los datos de temperatura y mortalidad para el período de 2015-2022 en 823 regiones de los 35 países. Con esa información armaron modelos epidemiológicos y predijeron la mortalidad atribuible a la temperatura para cada región y cada semana de todo el verano.
“Las temperaturas registradas en el verano de 2022 no pueden considerarse excepcionales, en el sentido de que podrían haber sido predichas siguiendo las series de temperatura de años anteriores, que muestran que el calentamiento se ha acelerado en la última década”, señala Ballester.
“Nuestros resultados exigen una reevaluación y el fortalecimiento de la vigilancia del calor existente, planes de prevención y estrategias de adaptación a largo plazo”, señalan los científicos en el artículo. “Las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero han conducido al aumento de la temperatura global, que está asociado con un aumento en la frecuencia e intensidad de olas de calor y veranos calurosos”.
Calor implacable
Los investigadores observaron que la temporada de calor del 2022 fue implacable: entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022, ocurrieron 61 mil 672 muertes y el mayor número de ellas se produjo en Italia (con 18 mil 10), España (11 mil 324), Alemania (8 mil 173), Francia (4 mil 807), Reino Unido (3 mil 469) y Grecia (3 mil 92).
Los registros de las temperaturas fueron más elevados que el promedio durante cada semana de todo el verano. Las temperaturas más altas se registraron desde mediados de julio a mediados de agosto, y este calor causó 38 mil 881 muertes, solamente entre el 11 de julio y el 14 de agosto. Incluso, dentro de ese lapso se registró una intensa ola de calor paneuropea (entre el 18 y el 24 de julio), que ocasionó 11 mil 637 fallecimientos.
Europa es el continente que experimenta el mayor calentamiento de hasta 1°C más que el promedio global. Las estimaciones del equipo de investigación sugieren que, en ausencia de un respuesta adaptativa efectiva, el continente enfrentará en promedio, más de 68 mil muertes prematuras cada verano para 2030 y más de 94 mil para 2040.
El hecho de que hayan ocurrido tantas muertes por calor en el verano de 2022, a pesar de que muchos países ya contaban con planes de prevención, sugiere que las estrategias de adaptación que actualmente se están llevando a cabo son insuficientes.
“La aceleración del calentamiento observada en los últimos diez años subraya la necesidad urgente de reevaluar y fortalecer sustancialmente los planes de prevención”, indica Hicham Achebak, investigador del ISGlobal y coautor del estudio. “Se debe prestar especial atención a las diferencias entre los países y regiones, así como las brechas de edad y género, que actualmente marcan la diferencias en la vulnerabilidad al calor”.
entre el 30 de mayo y el 4 de septiembre de 2022, ocurrieron 61 mil 672 muertes y el mayor número de ellas se produjo en Italia (con 18 mil 10), España (11 mil 324), Alemania (8 mil 173), Francia (4 mil 807), Reino Unido (3 mil 469) y Grecia (3 mil 92).
Al analizar la mortalidad por grupos de edad, la investigación arrojó que hubo 4 mil 822 muertes entre los menores de 65 años; 9 mil 226, entre los de 65 a 79 años; y 36 mil 848 defunciones entre los mayores de 79 años. Lo que demostró que los adultos mayores son el grupo poblacional más susceptible.
Por otro lado, al revisar la mortalidad por género, está ocurrió principalmente en mujeres con 63%, con un total de 35 mil 406 muertes prematuras, mientras que en hombres ocurrieron 21 mil 667 fallecimientos.
La mayor vulnerabilidad de las mujeres al calor se observó en toda la población en su conjunto, pero principalmente en las mayores de 80 años, donde la tasa de mortalidad es 27% superior a la de los hombres. En cambio, la tasa de mortalidad masculina es 41% superior entre menores de 65 años, y un 13% superior entre 65 a 79 años.
“Las implicaciones de este estudio son significativas. El alto número de muertes destaca la urgente necesidad de actuar para proteger a las poblaciones vulnerables de los impactos de las olas de calor”, dice Raquel Nunes, de la Universidad de Warwick, Reino Unido. “Gobiernos nacionales y organismos pertinentes deben ser llamados a aumentar la eficacia de los planes de prevención y adaptación al calor”.
Entre otros aspectos, esto implica la asignación de recursos, la implementación de intervenciones específicas para reducir los efectos negativos del calor extremo. Además de priorizar la salud y el bienestar de las personas durante los períodos de calor intenso, así como mitigar la mortalidad.
Durante el verano del 2022 se superaron las temperaturas medias europeas observadas entre 1991-2020, en todas las semanas con hasta 4 grados, por lo que en varios países y días se superaron los 40 grados Celsius.
“Las implicaciones de este estudio son significativas. El alto número de muertes destaca la urgente necesidad de actuar para proteger a las poblaciones vulnerables de los impactos de las olas de calor”: Raquel Nunes, de la Universidad de Warwick, Reino Unido.
Riesgos y medidas preventivas
Las personas adultas mayores son más vulnerables al calor y corren un mayor riesgo de muerte durante el verano debido a que cuando las personas envejecen sus cuerpos se vuelven menos eficientes para regular la temperatura y adaptarse al estrés por calor.
Esto les dificulta enfriarse y mantener un cuerpo estable en esos períodos. Asimismo, es más probable que las personas mayores tengan problemas de salud preexistentes, como enfermedades cardiovasculares o problemas respiratorios, que pueden ser exacerbados por calor.
Por otro lado, ciertos medicamentos que suelen tomar los adultos mayores, como los diuréticos o los betabloqueadores, pueden interferir en la capacidad del cuerpo para enfriarse.
También intervienen otros factores sociales como vivir solos, movilidad limitad y acceso inadecuado a los sistemas de enfriamiento pueden contribuir a una mayor vulnerabilidad de los adultos mayores.
A pesar de que la mayoría de los países europeos han establecido políticas públicas en contra del calor, debido a las olas del verano del año 2003 que causaron la muerte de más de 71 mil personas, es claro que los planes de prevención de los distintos países tienen deficiencias o no existen.
Los científicos destacan que se requiere conciencia social sobre los efectos de las olas de calor y el impacto de las altas temperaturas ocasionadas por el cambio climático. Se requieren campañas de concientización pública: educar a las personas sobre los riesgos del calor y brindar orientación sobre cómo mantenerse frescos e hidratados durante el clima cálido.
Se requieren campañas de concientización pública: educar a las personas sobre los riesgos del calor y brindar orientación sobre cómo mantenerse frescos e hidratados durante el clima cálido.
También recomendaron mejorar los sistemas de alerta de calor que brinden información oportuna y localizada información sobre la ocurrencia de las olas, lo que permitiría a las personas tomar las precauciones adecuadas.
En varios países se han creado centros de enfriamiento, es decir, establecimiento de enfriamiento en comunidades donde las personas pueden acudir a buscar alivio del calor, especialmente para aquellas personas que cuentan con acceso al aire acondicionado en sus hogares.
Los programas de atención casa por casa y apoyo social, serán más necesarios para realizar visitas domiciliarias por parte de personal capacitado para verificar el bienestar de las personas vulnerables, en particular las que viven solas, y brindar apoyo social durante las olas de calor.
Debido a que el mayor impacto ocurre entre las mujeres y los adultos mayores las estrategias de prevención deben reorientarse, teniendo en cuenta el género y la edad, porque el calor no afecta a las personas equitativamente.
Los científicos destacan que se requieren estrategias de vigilancia, planes de prevención y medidas de adaptación a largo plazo, especialmente en países vulnerables como México, ya que si esto pasa en Europa, en nuestro país la situación puede ser aún peor conforme avance el cambio climático en los próximos años.
