La ciencia ya ha demostrado que el nuevo coronavirus nos llegó a través de un animal, un murciélago, algo que se conoce como zoonosis, y así ha ocurrido con muchos otros patógenos a lo largo de la historia. De hecho, los otros seis coronavirus conocidso: CO43, 29E, L63 y HKU1 (causantes del resfriado común), junto con el MERS y SARS han llegado al ser humano por esta vía.
Pero con el SARS-CoV-2 se sabe que también el hombre puede infectar, a su vez, a otros animales como es el caso de algunos domésticos como gatos y hurones, sin embargo, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature de esta semana, los perros también pueden ser contagiados por los humanos enfermos de COVID-19.
Afortunadamente, en el mejor amigo del ser humano el coronavirus es asintomático, no causa la enfermedad.
La investigación, encabezada por Malik Peiris, de la Universidad de Hong Kong, analizó a 15 perros que se quedaron solos porque sus humanos estaban hospitalizados por la COVID-19, y luego de analizar distintas muestras encontró que dos de ellos estaban infectados por el nuevo virus.
Los científicos les hicieron las pruebas de reacción en cadena de polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR, por sus siglas en inglés) y a uno de ellos, un macho pomeriano de 17 años, le pudieron aislar secuencias del genoma viral de seis muestras distintas.
Del otro perro infectado, un pastor alemán macho de 2 años y medio en buen estado de salud, se aislaron virus de cinco muestras obtenidas de hisopos nasales, orales y rectales. “Nuestros resultados sugieren una carga viral más alta y un desprendimiento viral más prolongado en los hisopos nasales en comparación con los orales”, señalan los investigadores en el artículo.
Asimismo, les realizaron pruebas serológicas y encontraron que ambos perros desarrollaron anticuerpos, que les fueron detectadas usando la técnica de neutralización de reducción de placa. Esto quiere decir que el virus fue detectado y atacado por el sistema inmune de los canes.
Posteriormente, compararon las secuencias genéticas virales obtenidas de los dos perros y las compararon con las muestras identificadas en sus respectivos humanos y observaron que las secuencias resultaron coincidentes, es decir, no hay duda de que los caninos fueron contagiados en sus hogares por humanos enfermos.
Las investigaciones con el SARS-CoV-2 han demostrado que el virus utiliza una proteína “espiga” llamada “S” por spike, que se encuentra en la cubierta externa del coronavirus como una protuberancia con forma de gancho. Este es usado para fijarse a un receptor de las células humanas llamado enzima convertidora de angiotensina 2 (ACE2), en esta interacción participan 18 aminoácidos del ACE2 que funcionan como pequeños escalones para invadir las células.
Pero en el caso de los caninos el receptor ACE2 es diferente en 5 aminoácidos, faltan esos “escalones” por lo que la interacción entre la espiga del virus y la célula del perro no puede ocurrir. De hecho, los animales permanecieron asintomáticos durante el tiempo que estuvieron aislados en cuarentena esperando la recuperación de sus humanos.
Los resultados de esta investigación confirman que estos son casos de transmisión de SARS-CoV-2 de humano a animal.
Los investigadores calculan que cuando menos cuatro mil especímenes de perros, gatos y caballos se han identificado en los lugares donde ha ocurrido la transmisión comunitaria del coronavirus en humanos, en Hong Kong, y hasta ahora no se ha detectado una circulación amplia entre animales de compañía.
Aún no está claro si los perros infectados pueden transmitir el virus entre ellos, a otros animales o regresarlo a los humanos, y aunque la muestra de esta investigación es sumamente reducida, que debe ser ampliada en otros estudios, estamos ante los primeros casos de SARS-CoV-2 en perros.
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