Uno de los primeros obstáculos para luchar contra la pandemia de COVID-19 es la falta de pruebas de diagnóstico precisas, rápidas y masivas. Esto mismo ha ocurrido en los últimos 40 años donde han ocurrido epidemias y pandemias de virus emergentes como el VIH, influenza, Ébola, zika, entre otras.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Estas pruebas son cruciales para comprender el comportamiento evolutivo de los virus y las enfermedades que ocasionan en las poblaciones humanas. Su carencia es una de las amenazas más graves ya que impide a los sistemas de salud pública tener una mejor respuesta para contender contra las enfermedades.
Luego de meses o años, los científicos han logrado producir la pruebas de diagnóstico para cada una de esas enfermedades y para el caso del nuevo coronavirus la tecnología de edición genética CRISPR siglas en inglés de Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas (Clustered Regularly Interspaced Short Palindromic Repeats), está arrojando resultados prometedores.
Un equipo de científicos estadounidenses, encabezados por Charles Chiu, de la Universidad de California en San Francisco, anunció el desarrollo de una prueba basada en CRISPR-Cas12, que puede identificar el material genético o ARN del SARS-CoV-2 de muestras extraídas de hisopos de pacientes infectados en 45 minutos, con una precisión comparable a la prueba molecular convencional llamada reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa (RT-PCR, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con un artículo publicado en la revista Nature Biotechnology el 22 de abril, esta nueva herramienta rápida de diagnóstico llamada Endonucleasa Dirigida Trans Reportera (DETECTR, por sus siglas en inglés) toma el ARN del virus de la muestra, la transcribe inversamente en ADN y, posteriormente, la multiplica.
El CRISPR-Cas12 puede apuntar –y literalmente cortar como pequeñas tijeras moleculares– cualquier gen en particular y puede detectar cualquier parte de la secuencia de un gen, por ello se le considera literalmente una herramienta de edición de genes, así detecta al gen de la envoltura del coronavirus, llamado E, y de la nucleoproteína que contiene el material genético, denominado N.
Al encontrar el objetivo genético correcto del virus, la molécula corta ese objetivo y libera una señal. Esto lo hace de una manera muy rápida y precisa, en tan solo unas cuantas fracciones de segundo.
Los investigadores probaron el sistema en muestras clínicas de 36 pacientes con el coronavirus y 42 pacientes con otras enfermedades respiratorias. La prueba logró un índice predictivo del 95% para casos positivos y del 100% en muestras negativas, efectividad un poco menor a la prueba RT-PCR utilizada por los sistemas de salud de todo el mundo, que es del 98% para casos positivos.
El gen N de la nucleoproteína es el que más se expresa en las infecciones coronavirales, por lo que es el más fácil apuntar hacia él y detectarlo, de hecho, es el mismo gen que detecta la prueba de PCR de los Centros de Control de Enfermedades de los EE. UU.
Por su lado, el gen E de la envoltura es uno de los objetivos utilizados por las pruebas que usa la Organización Mundial de la Salud, también realizado en PCR. Por ello, esta nueva prueba utiliza ambos objetivos para detectar con mayor precisión exclusivamente al coronavirus SARS-CoV-2.
La ventaja de la tecnología CRISPR es que se pueden obtener pruebas más baratas, se pueden producir más rápido en grandes cantidades y no requieren equipo sofisticado para ser analizadas. A diferencia de la prueba RT-PCR que requiere equipo y manejo especializados, así como entre 6 y 72 horas para arrojar resultados, DETECTR se puede llevar a cabo en prácticamente cualquier sitio con una simple muestra de saliva y proporciona los resultados en una tira de lectura visual, similar a una prueba de embarazo, en tan solo 45 minutos.
Aunque este método de diagnóstico ya se encuentra en las etapas clínicas, su producción a gran escala para su comercialización y distribución tardará todavía algunas semanas, sin embargo, el método de edición genética ha demostrado ser una alternativa ante la urgente necesidad de la humanidad de contar con más pruebas que se puedan aplicar en salas de emergencias, en consultorios médicos o incluso, en el hogar.
Desde inicios del siglo XXI, la tecnología CRISPR se ha convertido en una de las líneas de investigación biotecnológica más importantes en el mundo orientadas fundamentalmente al campo de la salud y la alimentación, y se basa en la edición del material genético de los organismos y microorganismos.
Vale la pena recordar que el año pasado el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología presentó una iniciativa a la Cámara de Diputados que pretende prohibir todo tipo de experimentos de modificación o mejora genética en México, incluida la tecnología CRISPR, que en todo el mundo es considerada una formidable herramienta científica y tecnológica.
Este es solo un ejemplo de los beneficios de impulsar la investigación biotecnológica en edición genética que debe ser conocido por los legisladores mexicanos para rechazar las intenciones prohibitivas del Conacyt.