Después de cuatro años de negociaciones, el 19 de diciembre, 196 países acordaron en la 15ª Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB), llevada a cabo en Montreal, Canadá, y presidida por China, una serie de acuerdos para proteger el 30% de las tierras, las aguas continentales y las áreas costeras y marinas a nivel mundial para 2030, con el objetivo de salvaguardar la biodiversidad en todo el planeta.
Para ello, estableció destinar $30 mil millones de dólares cada año para apoyar la conservación de la biodiversidad global para 2030 mediante el aumento sustancial y progresivo de los niveles de financiación principalmente para países pobres y de medianos ingresos como México.
El nuevo acuerdo de la COP15 llamado Marco de biodiversidad global de Kunming-Montreal, propuesto, analizado y aprobado entre el 7 y el 19 de diciembre de 2022, comprende cuatro objetivos a largo plazo que deben alcanzarse para 2050 y también 23 objetivos orientados a la acción urgente para 2030.
El objetivo “30 para el 30” busca resguardar el 30% del planeta para garantizar la sostenibilidad de la tierra y el océano; las investigaciones científicas que sustentan tal meta establecen que las áreas protegidas deben regirse por reglas estrictas que produzcan los mayores beneficios para la biodiversidad.
Entre los compromisos asumidos por México y 195 países más se encuentra adoptar un enfoque ecosistémico para la recolección y el uso de especies silvestres, respetando “los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluso sobre sus territorios tradicionales”.
El objetivo “30 para el 30” busca resguardar el 30% del planeta para garantizar la sostenibilidad de la tierra y el océano.
Garantiza la representación y participación plena, equitativa, inclusiva, eficaz y con perspectiva de género de los pueblos indígenas y las comunidades locales en la toma de decisiones, el intercambio de información y otros aspectos del trabajo relacionado con la biodiversidad.
También se acordó minimizar el impacto del cambio climático y la acidificación de los océanos a través de acciones que incluyan soluciones basadas en la naturaleza. Prevenir, reducir y trabajar para eliminar la contaminación con desechos plásticos en tierras, arroyos, ríos y océanos.
Asimismo, establece la implementación de la gestión sostenible de la agricultura, acuicultura, pesca y bosques. Busca eliminar o reformar los incentivos –incluidos los subsidios gubernamentales–, que dañan la biodiversidad, incluidos los subsidios a la pesca dañina, asegurar la pesca legal y sostenible, así como mantener, mejorar y restaurar los ecosistemas, y detener la extinción de especies causada por el ser humano.
estas medidas ahora también son obligación del Estado mexicano.
Diversidad Biológica en ciudades
Desde hace 30 años, con el Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CDB), conformado en mayo de 1992, se acordó una serie de medidas para proteger la biodiversidad en las grandes ciudades, donde actualmente vive el 55% de la población mundial.
De acuerdo con el Fondo de Población de la ONU este año la población del planeta llegó a 8 mil millones y, de ellos, 4 mil 400 millones viven en las grandes ciudades; de ahí la importancia de impulsar urbes sostenibles y amigables con el medio ambiente.
Sin embargo, en la Ciudad de México no han existido y no existen políticas públicas que cumplan ni con los acuerdos de las convenciones de Diversidad Biológica ni de Cambio Climático que, entre otras medidas, recomiendan lo siguiente:
1- Aumentar los espacios verdes en su infraestructura pública y en construcciones.
2- Usar soluciones urbanas basadas en la naturaleza para enfrentar los desafíos de las ciudades.
3- Forjar vínculos positivos entre lo urbano y lo rural que contribuyan a salvaguardar la biodiversidad local y global.
4- Priorizar la economía biocircular y bioinspirada en innovaciones para la competitividad económica.
5- Fomentar los valores positivos de la naturaleza y la biodiversidad en las y los ciudadanos.
Las ciudades son grandes perturbadoras de los entornos naturales, sin embargo, estas medidas buscan impulsar su sostenibilidad en armonía con la naturaleza a través de políticas públicas, modelos de producción y consumo que reduzcan el impacto de las ciudades en el espacio natural que ocupan.
A estas medidas que datan de hace tres décadas, ahora se suman las establecidas en la COP15 que, desde ahora, también son obligación del Estado mexicano.
