Anteriormente se pensaba que, conforme se envejece y se enfrenta una tarea mental sencilla con entornos cambiantes, la agilidad cerebral de las personas alcanzaba su punto máximo a los 20 años y que de ahí venía un continuo declive a lo largo de la vida, sin embargo, un estudio científico publicado en la revista Nature Human Behaviour demuestra que los procesos mentales en la toma de decisiones se mantienen en la edad adulta y empiezan a ralentizarse más allá de la sexta década.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!La investigación dirigida por Mischa von Krause y sus colegas de la Universidad Heidelberg, Alemania —llevada a cabo con la participación de un millón 200 mil personas— demuestra que, contrario a lo que se estimaba, la agilidad intelectual de las personas se mantiene estable hasta los 60 años.
Para medir la velocidad mental los investigadores no solo midieron las variaciones en los tiempos de respuesta según la edad, como puras reacciones, sino que consideraron los múltiples procesos cognitivos involucrados como la estimación del impacto de la precaución en la toma de decisiones y los tiempos de no decisión, es decir, el tiempo en que se codifica una información y se lleva a cabo una respuesta motora.
A través de un experimento sencillo aplicado en línea midieron los tiempos de reacción de las personas ante una tarea cognitiva: tenían que clasificar una selección de palabras e imágenes que aparecían en la pantalla de su computadora y debían pulsar la tecla correcta como respuesta.
Los participantes abarcaron todas edades comprendidas entre los 10 y hasta los 80 años, con esta muestra masiva se cubrió gran parte de la vida humana año por año, lo que permitió analizar, con suficiente profundidad, las diferencias que se presentan en cada edad.
El enorme conjunto de datos arrojados por el millón 200 mil participantes permitió a los investigadores descubrir que el tiempo que las personas tardaban en pulsar la tecla, era mucho más corto antes de los 20 años, pero a partir de esa edad la velocidad de respuesta empezaba a estabilizarse, y esto se debe al aumento de la precaución en la toma de decisiones y a la ralentización de los procesos no decisorios.
“Por lo tanto, durante gran parte de la vida humana y las carreras laborales típicas, nuestros resultados desafían la noción generalizada de una ralentización de la velocidad mental relacionada con la edad”.
Por ejemplo, al medir la cautela en la toma de decisiones los investigadores observaron que a partir de los 10 años y hasta los 18 las personas fueron menos precavidas: “son los más dispuestos a sacrificar la precisión por la rapidez”, indica el estudio.
Después de los 18 años la cautela en las decisiones aumenta linealmente hasta los 65 años, aproximadamente. La cantidad de información analizada antes de tomar una decisión es superior, es decir, hay una mayor precaución; esto se hace notar muy pronto en la vida adulta.
Asimismo, los tiempos de no decisión fueron más reducidos entre los 14 y los 16 años, mientras que las personas que se encuentran sobre este rango de edad necesitan más tiempo para los procesos de no decisión. Después de los 16 años, estos periodos muestran un aumento lineal que continúa hasta los 80 años.
Si bien la velocidad mental y la precisión tuvo un incremento de los 20 a los 30 años, en promedio esta velocidad se mantiene estable a lo largo de toda la edad adulta media (de 30 a 60 años), con un ligero descenso a partir de los 50 años.
Los científicos afirman que la estabilidad de la velocidad mental en la edad adulta temprana y media puede atribuirse exclusivamente a las diferencias en el tiempo de toma de decisiones y al tiempo de no decisión, y no de manera exclusiva por diferencias entre la velocidad mental y la edad.
Este sorprendente hallazgo permanece oculto si solo se analiza la velocidad mental, pero los investigadores enfatizan que sus experimentos que incluyen los otros factores son más cercanos a la realidad, ya que los procesos cognitivos están fuertemente influenciados por la precaución en la toma de decisiones y por el tiempo requerido para llevar a cabo los procesos motores.
“Nuestros hallazgos contrastan con otros anteriores sobre las diferencias de edad en la velocidad mental”, señala el artículo científico. “Por lo tanto, durante gran parte de la vida humana y las carreras laborales típicas, nuestros resultados desafían la noción generalizada de una ralentización de la velocidad mental relacionada con la edad”.
Solo en la vejez (mayores a 65 años) los efectos acumulativos de los tres parámetros cognitivos —velocidad mental, cautela en la decisión y tiempo de no decisión—, contribuyeron a una ralentización, tras lo cual la velocidad mental disminuyó progresivamente.
Estos resultados ponen de manifiesto que la creencia generalizada de que la velocidad mental se ralentiza con la edad adulta está equivocada y demuestran que, durante gran parte de la vida profesional promedio de las personas se mantiene la agilidad mental reforzada con el análisis de información para tomar mejores decisiones.