La decisión de la Suprema Corte de Estados Unidos de declarar inconstitucional el caso Roe vs Wade que permitía a las mujeres estadounidenses interrumpir su embarazo, si así lo decidían, no acabará con el aborto, solo conseguirá acabar con el aborto seguro, señala una editorial de la revista The Lancet , una de las revistas científicas más importantes del mundo en el campo de la biomedicina.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!La publicación, con 200 años de circulación, afirma que el derecho a los servicios de aborto seguro y el tratamiento de las complicaciones derivadas de un aborto inseguro son fundamentales para cualquier concepción del bienestar de la mujer y la igualdad de género.
Pero además, afirma, quienes resultan más perjudicadas con esta decisión serán las mujeres afroamericanas pobres quienes tienen una tasa de embarazos no deseados que duplica al de las mujeres blancas. Y la tasa de mortalidad materna, a la que contribuye en gran medida el aborto inseguro, es casi tres veces mayor que en las mujeres blancas (ver: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(22)00870-4).
En un artículo publicado en la revista científica Nature se indica que la Corte Suprema va en dirección opuesta contra 50 años de investigación en todo el mundo que demuestran que el acceso al aborto es un componente crucial de la atención médica y es importante para la participación igualitaria de las mujeres en la sociedad (consultar: https://www.nature.com/articles/d41586-022-01249-2).
el derecho a los servicios de aborto seguro y el tratamiento de las complicaciones derivadas de un aborto inseguro son fundamentales para cualquier concepción del bienestar de la mujer y la igualdad de género: The lancet.
Los investigadores temen que la salud materna e infantil disminuya en Estados Unidos, porque se llevarán a término más embarazos no deseados, que se asocian a un mayor riesgo de problemas de salud para los bebés y, a menudo, para las madres, por varias razones, incluida la atención prenatal reducida.
En el estudio titulado “Consecuencias económicas de la negación del aborto”, encabezado por Sarah Miller, de la Universidad de Michigan, se analizó a 560 mujeres que buscaron abortar y una de las principales razones para hacerlo es la incapacidad de costear la crianza del hijo (consultar en: https://www.nber.org/papers/w26662).
Las investigadoras que encabezaron el estudio descubrieron que, cinco años después del embarazo, las mujeres a las que se les negó el procedimiento experimentaron un aumento sustancial de deudas, quiebras, desalojos y otros eventos financieros nefastos, mientras que la situación financiera de las mujeres que se sometieron a un aborto seguro se mantuvo estable o mejoró.
La prohibición del aborto generará un costo desigual en la sociedad. Alrededor del 75% de las mujeres que optan por abortar pertenecen a un grupo de bajos ingresos y casi el 60% ya tiene hijos.
las mujeres a las que se les negó el procedimiento experimentaron un aumento sustancial de deudas, quiebras, desalojos y otros eventos financieros nefastos.
Efecto económicos y en la salud
En otro extenso análisis llamado Turnaway Study (Estudio Vuelta a Casa), de la Universidad de California en San Francisco y del Centro Bixby de Salud Reproductiva Global, se realizó el seguimiento de mil mujeres de todo el país, durante 5 años, para comprobar si abortar o que se les negara este derecho afectaba su salud física y mental, sus finanzas, sus relaciones y a sus hijos (ver: https://www.ansirh.org/sites/default/files/publications/files/turnaway_study_brief_web.pdf).
La investigación, de la que han derivado más de 50 artículos científicos, reveló que el aborto no aumenta el riesgo de que las mujeres tengan pensamientos suicidas ni la posibilidad de desarrollar depresión, ansiedad, baja autoestima o menor satisfacción vital. Tampoco incrementa el consumo de alcohol, tabaco o drogas.
Las mujeres confían en su decisión de abortar: el 95% de ellas dicen que el aborto fue la decisión correcta y tenían más probabilidades de tener una perspectiva positiva sobre el futuro y de realizar planes de vida un año después.
En el Turnaway Study participaron más de 40 investigadores de diversas especialidades de nueve universidades y analizó a mil mujeres de 30 centros de aborto en todo Estados Unidos, desde Maine hasta Washington, Texas y Minnesota, algunas de ellas pudieron recibir esta atención ya que se encontraban por debajo del tiempo límite gestacional, pero otras fueron rechazados y llevaron su embarazo a término, porque habían pasado el límite gestacional.
Las mujeres confían en su decisión de abortar: el 95% de ellas dicen que el aborto fue la decisión correcta.
De esta manera, los investigadores pudieron observar que si las mujeres que deseaban abortar se veían obligadas a llevar a término un embarazo no deseado, era más probable que experimentaran dificultades económicas duraderas, tienen tres veces más probabilidades de estar desempleadas que quienes acceden a la interrupción del embarazo y cuatro veces más probabilidades de vivir por debajo del nivel de pobreza.
Los hijos que ya tienen las mujeres en el momento en que buscan abortar muestran un peor desarrollo infantil cuando a su madre se le niega un aborto, en comparación con los hijos de mujeres que lo reciben. Los niños nacidos como resultado de la negación del aborto tienen más probabilidades de vivir por debajo del nivel de pobreza que los niños nacidos de un embarazo posterior de mujeres que se sometieron al aborto.
Asimismo, llevar a término un embarazo no deseado se asocia con un vínculo materno más deficiente, como sentirse atrapado o resentido con el bebé, con el niño nacido después de la negación del aborto. Es más difícil establecer un vínculo afectivo con su bebé, y los hijos mayores tuvieron peores resultados de desarrollo y más probabilidades de vivir en la pobreza.
Su salud física y mental también está en peligro: las mujeres que no pudieron abortar dijeron tener más síntomas de ansiedad, menor satisfacción vital, pérdida de autoestima a corto plazo, y era más probable permanecer atada a parejas abusivas.
Tenían más probabilidades de declarar una salud “regular o mala” que las que habían abortado. Además, experimentaron complicaciones graves al final del embarazo, incluida la preeclampsia y la muerte.
El estudio Turnaway señala que contar con un paquete esencial de intervenciones en materia de salud sexual y reproductiva debería ser un derecho fundamental para todas las mujeres: educación sexual integral; acceso a anticonceptivos modernos; servicios de aborto seguro; prevención y tratamiento del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual; prevención y tratamiento de la violencia de género; asesoramiento en materia de salud sexual; y servicios para la infertilidad.