El consumo de bebidas azucaradas incluidos los refrescos, las bebidas de frutas y energéticas, causan graves daños a la salud. De acuerdo con un análisis global realizado en 184 países, estas bebidas fueron responsables de 2 millones 200 mil nuevos casos de diabetes tipo 2 y un millón 200 mil nuevos casos de enfermedades cardiovasculares en todo el mundo, tan solo en 2020.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Asimismo, el estudio estima que ese mismo año las bebidas azucaradas causaron alrededor de 340 mil muertes por diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares en todo el mundo.
Investigaciones anteriores habían identificado riesgos para la salud asociados con el consumo de estas bebidas, como el aumento de peso y un mayor riesgo de diabetes tipo 2, pero no se habían cuantificado de manera global los impactos de las bebidas azucaradas en la salud, hasta ahora.
La investigación fue realizada por un equipo internacional de científicos de 74 países, dirigido por Laura Lara Castor, de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de Nutrición de la Universidad de Boston, en el que participó el investigador mexicano Simón Barquera, del Instituto Nacional de Salud Pública, y los resultados se publicaron en la revista Nature Medicine (leer en: DOI 10.1038/s41591-024-03345-4).
Los científicos analizaron la Base de Datos Dietéticos Mundiales que tiene estimaciones del consumo de refrescos y bebidas azucaradas basadas en 450 encuestas dietéticas a nivel individual en todo el mundo, entre 1990 y 2020, junto con datos sobre obesidad y tasas de diabetes de cada país y región del planeta. En total, analizaron casi 3 millones de personas, una muestra que representa el 87.1 % de la población mundial.
Estas bebidas son cualquiera con azúcares añadidos con más de 50 kilocalorías (kcal), equivalentes a tres cucharadas de azúcar por porción de 230 mililitros (un vaso pequeño), como los refrescos, las bebidas energéticas, las bebidas de frutas, el ponche, la limonada y las aguas frescas.
“Debido a su forma líquida, las bebidas azucaradas se consumen y digieren rápidamente, lo que da como resultado una menor saciedad, una mayor ingesta calórica y un aumento de peso”, señalan los científicos en el artículo. “Las dosis altas de glucosa de rápida digestión también activan la insulina y otras vías reguladoras, lo que puede provocar la producción de grasa visceral, hepática y resistencia a la insulina del músculo esquelético y aumento de peso”.
De acuerdo con el estudio, las altas dosis de estos productos activan directamente la síntesis de grasa hepática, lo que conduce a la deposición de grasa ectópica (acumulación de grasa en tejidos que no son adiposos, como el músculo, el hígado, el corazón y el páncreas), así como la disfunción metabólica en el hígado y el músculo.
También pueden reemplazar a otros alimentos más saludables en la dieta, lo que contribuye a daños por su ausencia. El exceso de adiposidad y la disfunción metabólica activan las citocinas inflamatorias y aumentan el riesgo de hipertensión, dislipidemia (alteración de niveles de grasas en la sangre) y diabetes. Todos estos factores de riesgo aceleran la aterosclerosis y contribuyen a eventos cardiovasculares isquémicos.
“Las bebidas azucaradas contribuyen al aumento excesivo de peso y a enfermedades cardiometabólicas como la diabetes tipo 2 (DT2) y la enfermedad cardiovascular (ECV), tanto de forma directa como mediada por el aumento de peso”, indica el estudio.
“Debido a su forma líquida, las bebidas azucaradas se consumen y digieren rápidamente, lo que da como resultado una menor saciedad, una mayor ingesta calórica y un aumento de peso”.
Adultos educados principales consumidores
La investigación indica que a nivel mundial los adultos consumieron un promedio de 2.6 vasos de 230 mililitros por semana, pero este consumo es diferente en cada región, por ejemplo, en el sur de Asia es de 0.7 vasos; mientras que en América Latina y el Caribe 7.3 vasos por semana.
Entre los países más poblados el consumo nacional es de 17.4 vasos de 230 mililitros por semana en Colombia; 9.6 en Sudáfrica; 8.5 en México; 6.9 en Etiopía; y 0.2 en India, China y Bangladesh.
A nivel mundial, regional y nacional, los hombres tienen una ingesta de bebidas azucaradas ligeramente superior al de las mujeres. Por edad, el consumo fue mayor en edades más jóvenes que en edades más avanzadas en todas las regiones.
Si se consideran conjuntamente el nivel educativo, la urbanidad y la región del planeta, las proporciones más altas de incidencia de diabetes tipo 2 por las bebidas azucaradas se registraron entre los adultos con educación alta (31.9 %) y educación media (34.2 %) en África subsahariana urbana; seguidos de los adultos con educación alta y media en las zonas urbanas y rurales de América Latina y el Caribe (26 % cada uno).
Los resultados fueron similares en el caso de las enfermedades cardiovasculares que fueron más frecuentes entre los adultos con educación superior (19.5 %) y educación media (17.6 %) de las zonas urbanas del África subsahariana, pero también entre los adultos con educación superior y media de las zonas rurales del África subsahariana y de las zonas urbanas y rurales de América Latina y el Caribe (13 %).
México con más casos de diabetes
La investigación señala que las bebidas azucaradas contribuyeron con la disminución de 12.5 millones de años de vida por discapacidad cardiometabólica (AVAD), incluidos 5 millones por diabetes tipo 2, y 7.6 millones por enfermedades cardiovasculares. También, fueron responsables de uno de cada 10 casos nuevos de diabetes tipo 2 y uno de cada 30 casos nuevos de enfermedad cardiovascular en todo el planeta cada año.
Los investigadores señalan que este problema afecta principalmente a los países en desarrollo, lo que refleja un cambio dietético hacia la adopción de patrones alimentarios más occidentalizados, lo que incluye alimentos y bebidas altamente procesadas.
Entre los países grandes los mayores aumentos en las cargas de diabetes tipo 2 se registraron en México, Tailandia y Reino Unido, y en las cargas de enfermedades cardiovasculares en Colombia, Nigeria, Tailandia y Rusia.
Solo en 2020, el mayor número absoluto de nuevos casos de diabetes tipo 2 atribuibles a las bebidas azucaradas por cada millón de adultos, entre los 30 países más poblados, se registró en México (el 30 % de todos los casos de incidencia de DT2); seguido por Colombia (28.1 %) y Sudáfrica (27,6 %). En el caso de las ECV, los mayores números se registraron en Colombia (con el 23 %); Sudáfrica (14.6 %) y México (13.5 %).
Los científicos destacan la necesidad de establecer políticas públicas e intervenciones eficaces para regular la venta y el consumo de estas bebidas en todo el planeta, a fin de reducir las cargas de las enfermedades que ocasionan.
“Los intereses comerciales de los fabricantes multinacionales y locales de bebidas azucaradas, que invierten en la cadena de suministro y en esfuerzos de marketing para aumentar sus ventas, se oponen a los esfuerzos de políticas para frenar su consumo”
“Los intereses comerciales de los fabricantes multinacionales y locales de bebidas azucaradas, que invierten en la cadena de suministro y en esfuerzos de marketing para aumentar sus ventas, se oponen a los esfuerzos de políticas para frenar su consumo”, indica el artículo científico.
Por ejemplo, México enfrenta la oposición de la industria refresquera al impuesto a las bebidas gaseosas y han distribuido “informes” que cuestionan su eficacia sugieriendo supuestos daños a empleos y a la economía, pero al mismo tiempo se ha incrementado su publicidad y comercialización.
La investigación enfatiza que un elemento que contribuye al consumo de bebidas azucaradas es la insuficiente disponibilidad de agua potable en muchos países, como en las zonas rurales de Colombia, México y Tailandia.
“La escasez de agua limpia y los intereses comerciales pueden ir de la mano: en una ciudad mexicana (San Cristobal de Las Casas), la escasez de agua se atribuía en parte a las concesiones de agua para las empresas de refrescos. Nuestros hallazgos muestran las posteriores consecuencias para la salud, que son altas y a menudo crecientes, de estas realidades”.
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