La desertificación podría afectar a 5 mil millones de personas en todo el mundo para finales de este siglo, advierte el informe La amenaza mundial de las tierras secas: tendencias de sequía a nivel regional y mundial y proyecciones futuras de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD), de continuar la tendencia actual provocada por el cambio climático que ocasionó que el 77.6 % de las tierras del planeta experimentaran condiciones de sequía.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!A diferencia de las sequías (periodos temporales de escasas precipitaciones), la desertificación representa una transformación implacable y prácticamente irreversible del clima seco que ahora afecta a más de las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra.
De acuerdo con el informe de la ONU, (leer en https://www.unccd.int/sites/default/files/2024-12/aridity_report.pdf) durante las tres décadas pasadas (1990-2020), las tierras secas se expandieron 4.3 millones de km2 —el equivalenete a más de dos veces el territorio mexicano—, y ahora cubren el 40.6% de toda la tierra del planeta (excluida la Antártida).
“Este análisis finalmente disipa una incertidumbre que ha rodeado durante mucho tiempo las tendencias de sequía global”, dijo Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la CNULD. “Por primera vez, la crisis de aridez ha sido documentada con claridad científica, revelando una amenaza existencial que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo”.
Adicionalmente, en estas décadas alrededor del 7.6% de las tierras del mundo (una superficie mayor a la de Canadá) atravesaron umbrales de aridez, es decir, están apunto de convertirse en tierras semiáridas y áridas, la mayoría con consecuencias nefastas para la agricultura, los ecosistemas y para las personas y comunidades que viven en ellas.
En escenarios de altas emisiones de gases de efecto invernadero, se pronostica una expansión de las tierras secas en el medio oeste de los Estados Unidos, el centro de México, el norte de Venezuela, el noreste de Brasil, el sureste de Argentina, toda la región mediterránea, la costa del Mar Negro, grandes zonas del sur de África y el sur de Australia.
La investigación advierte que, si no se logran frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, otro 3% de las áreas húmedas del mundo se convertirán en tierras secas para fines de este siglo.
“Por primera vez, la crisis de aridez ha sido documentada con claridad científica, revelando una amenaza existencial que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo”: Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
Análisis científico
Durante años, documentar el aumento de la aridez resultó un desafío, como se menciona en el informe. Su naturaleza a largo plazo y la intrincada interacción de factores como las precipitaciones pluviales, la evaporación y la transpiración de las plantas dificultaron el análisis, y algunos estudios produjeron resultados contradictorios, a menudo enturbiados por la cautela científica.
“Por primera vez, un organismo científico de la ONU advierte que la quema de combustibles fósiles también está provocando una sequía permanente en gran parte del mundo”, afirma Barron Orr, jefe científico de la CNULD. “Los efectos potencialmente catastróficos. A medida que grandes extensiones de tierra del mundo se vuelven más áridas, las consecuencias de la inacción se vuelven cada vez más graves y la adaptación ya no es opcional, sino imperativa”.
El informe señala al cambio climático causado por el hombre como el principal impulsor de la aridez. Las emisiones de gases de efecto invernadero y los cambios en el uso de la tierra calientan el planeta y afectan a las precipitaciones, la evaporación y la vida vegetal, creando las condiciones para que aumente la desertificación.
Los datos del Índice de Aridez Global rastrearon estas condiciones y revelaron el cambio generalizado a lo largo de las décadas. Asimismo, los efectos ocurren en cascada, son multifacéticos, y afectan a casi todos los aspectos de la vida y la sociedad, resalta el informe.
El estudio global advierte que una quinta parte de toda la Tierra podría experimentar abruptas transformaciones en sus ecosistemas debido a este fenómeno hacia finales del siglo XXI, lo que provocaría cambios dramáticos, como la transformación de los bosques en pastizales y conduciría a la extinción de muchas plantas, animales y otras formas de vida en el planeta.
Con modelos climáticos avanzados el informe ofrece una evaluación definitiva de las tendencias de las sequías globales, confirmando el aumento inexorable de la desertificación, al tiempo que proporciona información crítica sobre sus impulsores subyacentes y su posible trayectoria futura.
Cuando el clima de una zona se vuelve más seco, se pierde la capacidad de volver a las condiciones anteriores. Los climas áridos afectan vastas tierras en todo el mundo ocasionando diversos efectos como la degradación de los sistemas agrícolas, ya que afecta al 40 % de las tierras cultivables del planeta.
los efectos ocurren en cascada, son multifacéticos, y afectan a casi todos los aspectos de la vida y la sociedad.
Impacto de la aridez
La aridez y desertificación representan una de las cinco causas más importantes de degradación de la tierra en el mundo, junto con la erosión de la tierra, la salinización, la pérdida de carbono orgánico y la degradación de la vegetación.
Entre los principales efectos de la creciente desertificación se encuentra el incremento de la pobreza, la escasez de agua, la degradación de la tierra y la producción insuficiente de alimentos, que se han vinculado a tasas crecientes de enfermedad y muerte a nivel mundial, especialmente entre la niñez y las mujeres.
Antes de 1990, el 22.5 % de la población mundial vivía en tierras desérticas, mientras que en 2020 se incrementó al 30.9 %, es decir, más de 2 mil 300 millones de personas que viven en tierras secas en 2020, el doble que en 1990. Se prevé que este número se vuelva a duplicar para el año 2100, también debido al cambio climático.
El informe señala que, para el año 2100, mil 350 millones de habitantes de Asia vivirán en tierra áridas o desérticas, más de la mitad del total mundial, y en África se verán afectadas otras 620 millones de personas, casi la mitad de la población del continente.
Entre las regiones críticas se encuentran África occidental, Australia occidental, península Ibérica; el sur de México y el norte de la selva amazónica. Asimismo, los efectos en la biodiversidad serán devastadores, ya que el 55 % de las especies de mamíferos, reptiles, peces, anfibios y aves podrían perder su hábitat.
Se espera que la tierra en todo el mundo disminuya su almacenaje de agua en un 67% menos para 2100; que en América del Sur disminuya 40 % la escorrentía de agua andina, y que en toda la superficie árida del planeta el 90 % del agua de lluvia se evaporare de nuevo a la atmósfera, dejando solo un 10 % para el crecimiento de las plantas.