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La NASA incrementa la probabilidad de impacto de asteroide

El asteroide 2024 YR4 descubierto en diciembre pasado, que se encuentra en una órbita que lo lleva a la región terrestre del Sistema Solar, tiene una probabilidad muy pequeña de impactar con la Tierra el próximo 22 de diciembre de 2032.

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De entre 40 y 90 metros de diámetro, 2024 YR4 es un asteroide rocoso cuyo impacto con nuestro planeta no podrá descartarse hasta el año 2028, lo que plantea la posibilidad de que deban realizarse preparativos para el peor escenario, esperando que no ocurra.

A fines de diciembre de 2024 los astrónomos del telescopio ATLAS (Sistema de última alerta de impacto terrestre de asteroides) ubicado en Chile, observaron el nuevo asteroide al acercarse a la Tierra a 800 mil kilómetros, el doble de la distancia de la Luna.

Ese mes científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) evaluaron que tenía un 1.3 % de posibilidades de impactar contra la Tierra. Esta medición corresponde a un nivel de amenaza 3 en la escala de Turín, una métrica que clasifica el peligro que representa un asteroide para la Tierra en una clasificación ascendente del 1 al 10.

La NASA y la ESA en enero de 2025 aumentaron el riesgo de impacto al 1.6 %, pero el pasado 7 de febrero, la NASA —que continúa vigilando la órbita del asteroide cercano a la Tierra— elevó la probabilidad de impacto.

“Aunque todavía es una posibilidad extremadamente baja, observaciones y análisis adicionales del asteroide 2024 YR4 indican que su probabilidad de impacto con la Tierra ha aumentado a un 2.3 % para el 22 de diciembre de 2032”, señaló la NASA a través de su página web de Defensa Planetaria (nasa.gov/planetarydefense/). “A medida que se obtengan más observaciones de la órbita del asteroide, su probabilidad de impacto se conocerá mejor”.

Imagen de la trayectoria de la órbita del asteroide 2024 YR4. Imagen cortesía de la ESA.
Los Objetos Cercanos a la Tierra (NEO, por sus siglas en inglés) menores de 10 metros de diámetro, se desintegran en la atmósfera terrestre produciendo explosiones vistosas. Imagen cortesía de la ESA.

A medida que se obtengan más observaciones de la órbita del asteroide 2024 YR4, su probabilidad de impacto se conocerá mejor.

Vigilancia estrecha

La Red Internacional de Advertencia de Asteroides mantiene la vigilancia con avistamientos desde telescopios terrestres que continuarán mientras el asteroide todavía sea visible —hasta el próximo mes de abril— después de lo cual solo se podrá observar hasta dentro de tres años, en junio de 2028.

El Telescopio Espacial James Webb de la NASA también observará el asteroide en marzo de 2025 para evaluar mejor su tamaño. Actualmente se estima que tiene entre 40 y 90 metros de ancho y está compuesto principalmente de materia rocosa.

“En el Centro de Coordinación de NEO hemos estado bastante activos desde principios de enero para obtener tantas observaciones como sea posible para limitar la trayectoria del objeto lo mejor posible”, señala a Agencia Espacial Europea (ESA) en la página web del Centro (neo.ssa.esa.int/). “Gracias a estos esfuerzos, y a los esfuerzos de la comunidad internacional de asteroides, se ha determinado claramente la amenaza de impacto de este objeto”.

También la ESA empleará más telescopios como la Estación Terrestre Óptica (OGS) en Tenerife, el Observatorio Europeo Austral (ESO), el Telescopio Muy Grande (VLT) con los que se están llevando a cabo observaciones.

A medida que se obtengan más observaciones de la órbita del asteroide, su probabilidad de impacto se conocerá mejor. Es posible que 2024 YR4 sea descartado como un peligro de impacto, como ha sucedido con muchos otros objetos que han aparecido anteriormente en la lista de riesgo de asteroides de la NASA, analizados por el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra.

Pero también es posible que la probabilidad de impacto siga aumentando. Los datos más recientes seguirán disponibles a través de la página automática Sentry de la NASA (cneos.jpl.nasa.gov/sentry/).

Imagen de las trayectorias de objetos NEO en el Sistema Solar. Imagen cortesía de la NASA.

La probabilidad de un impacto sigue siendo baja. “Hay un 99 % de probabilidades de que no impacte, y eso es lo que esperamos que suceda”, dice Davide Farnocchia, científico del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Sin embargo, este es el riesgo de impacto más alto para el planeta que el de cualquier asteroide vigilado desde Apophis, que, durante un breve período en diciembre de 2004, se estimó que tenía un 2.7 % de posibilidades de impactar nuestro planeta en 2029, pero luego fue descartado.

Riesgos y defensa Planetaria

De todos los asteroides monitoreados y clasificados por la NASA como “posibles impactos futuros” en la Tierra para los próximos 100 años, el 2024 YR4 representa el mayor riesgo hasta ahora.

El asteroide rocoso viaja a una velocidad de 62,000 km por hora, por lo que de acuerdo con estudios sobre vigilancia de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO por sus siglas en inglés), significa que, de chocar con nuestro planeta, probablemente explotaría por la presión de la atmósfera superior antes de alcanzar la superficie de la Tierra.

El impacto de los objetos NEO pueden variar: pueden causar extinciones masivas, como la ocurrida hace 65 millones de años en la que un asteroide de eentre 12 y 20 kilómetros de diámetro se impactó en lo que hoy es la península de Yucatán y terminó abruptamente con la era de los dinosaurios.

Cualquier objeto mayor a 1 km de diámetro expulsaría suficientes partículas de polvo y cenizas a la atmósfera como para impedir la entrada de la luz solar durante varios meses, generando el equivalente a un invierno nuclear que destruiría los ecosistemas y la agricultura mundiales. Esto podría causar hambruna y la muerte de miles de millones de personas.

Si bien todavía no se puede saber con certeza dónde impactaría YR4 nuestro planeta, los científicos han calculado que es posible que ocurra en una franja que se extiende desde el océano Pacífico a través del norte de Sudamérica, el océano Atlántico, el África subsahariana, el mar Arábigo y partes del sur de Asia.

Ilustración del asteroide rocoso 2024 YR4 de entre 40 y 90 metros de diámetro. Imagen cortesía de la NASA.

Pero también hay objetos más pequeños de menos de 10 metros que se desintegran en la atmósfera y producen bólidos muy vistosos al desintegrarse; en cambio, los mayores de 10 metros pueden generar enormes explosiones de 10 kilotones. Aunque son mucho menos frecuentes, llegan una vez cada pocos años y, a veces, pueden golpear el suelo. El meteoro, que explotó sobre Chelyabinsk, Rusia, el 15 de febrero de 2013, por ejemplo, se estima que tenía unos 15 metros de diámetro.

El Sistema Solar es tan vasto que para encontrar un asteroide que impacte contra la Tierra con la suficiente antelación para desviarlo, es muy difícil, los científicos deben esperar que esté en cualquier lugar aleatorio del Sistema Solar y a una distancia comparable a una Unidad astronómica (UA) que es el equivalente a la distancia de la Tierra del Sol (150 millones de kilómetros). El tiempo y la distancia son claves.

Los asteroides de 100 metros de diámetro, muy parecidos a 2024 YR4, pueden generar una explosión en la atmósfera equivalente a unos 440 kilotones de TNT y podría matar a un millón de personas, en promedio, en todos los lugares de impacto posibles. Estas muertes podrían ser resultado del impacto directo o por un tsunami (maremoto) en caso de golpear en el océano.

Alrededor del 20 % los NEO son objetos potencialmente peligrosos, lo que significa que pasan a 0.05 UA de la órbita de la Tierra (600 diámetros de la Tierra, lo suficientemente cerca como para que en 100 años sus órbitas puedan cambiar aleatoriamente.

Los sistemas de vigilancia del espacio de la NASA y otros países se dedican a encontrar, rastrear y caracterizar estos objetos mayores a 140 metros de diámetro que se encuentran en el Sistema Solar. Se estima que hay alrededor de 25 mil objetos de este tamaño o mayores, de los cuales solo se ha identificado al 50% de ellos.

A medida que los astrónomos obtengan más información del asteroide y rastreen mejor su órbita, su clasificación de Torino puede caer al nivel 1 y, en última instancia, al 0. Pero si, en cambio, los análisis revelan que YR4 sigue una trayectoria cada vez más estrecha hacia nuestro planeta, su peligro evaluado podría ascender al nivel 8 en la escala, el nivel más alto posible para un asteroide de este tamaño, una colisión segura.

“En las condiciones actuales, el escenario más probable es que el objeto sea eliminado de la lista de riesgo en las próximas semanas”, señala la ESA. “Sin embargo, existe cierta probabilidad de que el objeto permanezca en la lista de riesgo hasta la próxima aparición a partir de mediados de 2028. Sea cual sea el resultado, la Oficina de Defensa Planetaria de la ESA seguirá muy de cerca la evolución de este objeto”.

Si bien todavía no se puede saber con certeza dónde impactaría YR4 nuestro planeta, los científicos han calculado que es posible que ocurra en una franja que se extiende desde el océano Pacífico a través del norte de Sudamérica, el océano Atlántico, el África subsahariana, el mar Arábigo y partes del sur de Asia.

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