La Revista The Lancet una de las publicaciones médicas más importantes del mundo, presentó en México su serie The Lancet Primary Care (Atención Primaria de The Lancet), dedicada a comunicar las investigaciones científicas, estudios clínicos y análisis de políticas públicas sobre los cuidados que requiere la primera infancia.
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Esta es la primera ocasión que la prestigiosa revista internacional presenta una nueva edición de alguna de sus publicaciones en América Latina y esto se llevó a cabo en nuestro país a instancias del Centro de Primera Infancia, del Tecnológico de Monterrey y Fundación FEMSA. El Centro es una institución única en México, orientada a investigar y analizar los principales riesgos y factores de protección necesarios para garantizar un desarrollo saludable en esa etapa clave en la vida de las personas.
La presentación fue el marco previo de la celebración del día de las madres en nuestro país y tiene que ver con el otro lado de la ecuación: las hijas e hijos pequeños. A este periodo crucial para el desarrollo infantil se dedica esta nueva edición de la reconocida revista.
es la primera ocasión que la prestigiosa revista internacional The Lancet presenta una nueva edición de alguna de sus publicaciones en América Latina y esto se realizó en nuestro país a instancias del Centro de Primera Infancia, del Tecnológico de Monterrey y Fundación FEMSA.
Cuna es destino
En la década de 1980 surgió uno de los conceptos más trascendentes de la biomedicina moderna realizado por David J. Barker, de la Universidad de Southampton, Reino Unido, cuya propuesta titulada “Orígenes en el desarrollo de la salud y la enfermedad” reveló el papel esencial de lo que llamó “programación fetal”, que sostiene que los factores internos y medioambientales durante el embarazo y los primeros años de vida tienen impacto sobre la salud futura de los individuos.
Con este concepto, conocido como la “Hipótesis de Baker” o Hipótesis de la Progamación Fetal, se cuestionó la idea de que las enfermedades crónicas solo son el resultado de una combinación de genes deficientes y un estilo de vida adulto poco saludable. En cambio, sugirió que el entorno del feto y del lactante determinado por la nutrición materna, “programaba” permanentemente el metabolismo y el crecimiento del cuerpo, y por tanto, predispone a las patologías e infecciones en la vida adulta y la vejez.
Al principio, sus ideas causaron controversia entre la comunidad biomédica mundial, pero sus descubrimientos abrieron el camino a un nuevo campo de investigación hoy aceptado, que influyó en el pensamiento científico global.
Esto transformó la perspectiva sobre las causas de muchas de las enfermedades crónicas que azotan la sociedad moderna como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes. Baker sostuvo que para enfrentar estas enfermedades se requeriría un cambio de enfoque para priorizar la salud de las madres y los bebés.

De ahí que los primeros 1,000 días de vida, que van desde la concepción del individuo hasta sus primeros dos años de vida, sean considerados cruciales. Pero ahora The Lancet Primary Care, lanzada en México, se orientará a los siguientes 1,000 días, es decir, de los 2 a los 5 años de edad.
“No pretendemos decir que los próximos mil días sean más importantes que los primeros, sino que ambos lo son”, dijo Catherine Draper, de la Universidad de Witwatersrand, Sudáfrica, y una de las autoras principales de la revista científica, durante la conferencia de presentación en las instalaciones del Centro de Primera Infancia, del Tec de Monterrey y Fundación FEMSA.
En la revista se publican investigaciones y opiniones que ayudan a guiar la atención primaria del sistema sanitario, pero también desde el sector social, político y cultural. Si bien los primeros 1,000 días sientan las bases para un desarrollo saludable, es igual de importante brindar apoyo durante los siguientes 1,000 días, cuando niñas y niños desarrollan habilidades congnitivas, físicas y psicológicas fundamentales para su futuro.
Adriana Gidi, directora asociada del Centro de Primera Infancia, del Tec de Monterrey, afirmó que en esta etapa, se requiere una coordinación efectiva entre los sectores de salud, educación y protección, así como la implementación de intervenciones que fortalezcan a las personas cuidadoras, que mejoren la calidad de la educación y los cuidados; y que promuevan entornos afectivos que consoliden los avances logrados y potencien trayectorias de desarrollo saludables.
A pesar de que en México las niñas y los niños de entre 0 a 5 años representan el 10% de la población solo el 44% de ellos tienen servicios de cuidado, educación inicial o preescolar. “Las diferencias se profundizan dependiendo de donde naciste”, dijo Gidi.
Esto significa que el 56% de las población mexicana en ese rango de edad no disfruta de los cuidados requeridos, ni existen las políticas públicas adecuadas para ello. Asimismo, se estima que a nivel global menos del 30% de las infancias de 3 y 4 años reciben atención sensible y educación adecuada en países de ingresos bajos y medianos, como México.

David J. Barker, científico de la Universidad de Southampton, Reino Unido, propuso que el entorno del feto y del lactante “programaban” permanentemente el metabolismo y el crecimiento del cuerpo, y por tanto, predispone a las patologías e infecciones en la vida adulta y la vejez.
De la infancia al futuro
Las investigaciones del científico James J. Heckman, de la Universidad de Chicago y Premio Nobel de Economía del año 2000, recibieron el reconocimiento a nivel mundial por impulsar las metodologías para la evaluación econométrica de las políticas públicas aplicadas a importantes problemas sociales y al desarrollo humano, entre ellos el sector salud.
En ellas analizó la importancia de la inversión en la primera infancia, donde demostró que invertir en la educación y el cuidado de los niños pequeños tiene un efecto positivo en la salud, el desarrollo socioemocional y el bienestar de las personas a largo plazo, así como en la economía de los países y de la sociedad en general.
De acuerdo con sus estudios, los beneficios potenciales de implementar programas de educación y cuidado en la infancia temprana son entre 8 y 19 veces mayor que su costo, es decir, invertir en estos programas es apostar por el futuro. En contextos de ingresos bajos y medianos, las niñas y los niños que han recibido apoyo para el aprendizaje temprano y cuidado cariñoso y sensible, tienen aproximadamente 2 años de ventaja en su desarrollo.
Lamentablemente, solo 29.9% de niñas y niños en estos países reciben cuidado cariñoso y sensible en los siguientes 1,000 días, agravándose esta condición en los hogares más pobres y especialmente en las niñas.
“La primera infancia no está bien entendida, es un concepto relativamente reciente”, mencionó Manuel Pérez, director del Centro de Primera Infancia. “De ahí la importancia de esta serie de The Lancet, una de las publicaciones de alto impacto, que realiza una revisión sistemática de muchos estudios como parte de la continuación de la publicada anteriormente en 2017”.
“A pesar de que en México las niñas y los niños de entre 0 a 5 años representan el 10% de la población solo el 44% de ellos tienen servicios de cuidado, educación inicial o preescolar y Las diferencias se profundizan dependiendo de donde naciste”: Adriana Gidi, directora asociada del Centro de Primera Infancia, del Tec de Monterrey.
En los países de ingresos bajos y medianos, solo el 25% de niños de tres y cuatro años (62 millones) reciben actualmente cuidados adecuados durante los siguientes 1,000 días, lo que deja a 181.9 millones de niños expuestos a riesgos que ponen en peligro su desarrollo saludable.
Asimismo, mientras que el 86.2% de las niñas y los niños tienen un peso saludable en este período, menos de uno de cada tres tiene acceso a estimulación adecuada para su desarrollo cognitivo o está protegido del castigo físico, y solo el 38.8% tiene acceso a servicios de atención y educación.
Manuel Perez comentó que las investigaciones sobre intervenciones efectivas en esta etapa siguen siendo limitadas, lo que refuerza la urgencia de invertir en este sector con un enfoque integral y basado en evidencia; en ello radica la importancia de una revista con este enfoque desde The Lancet.
“El lanzamiento de The Lancet Primary Care refleja nuestro compromiso de reafirmar el papel fundamental y la enorme promesa de este modelo de atención”, señala Yaiza del Pozo Martín, editora en Jefe de la revista. “Me siento honrada de tener la oportunidad de trabajar con profesionales que priorizan el bienestar de las personas, la equidad y la colaboración, y animo a los investigadores y lectores a enviarnos contenido que pueda mejorar la salud de las comunidades a las que sirven”.

Primera sesión sobre primera infancia
Como parte de las actividades del lanzamiento de la prestigiosa publicación, se llevó a cabo la Primera Sesión Ordinaria de la Comisión para la Primera Infancia de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA), que es presidida de forma honoraria por la mandataria de México, Claudia Sheinbaum.
Esta Comisión tiene por objeto contribuir a la consolidación de un sistema de protección con enfoque de derechos, a través de la coordinación de la Estrategia Nacional de Atención a la Primera Infancia (ENAPI), está integrada por instituciones y dependencias de la Administración Pública Federal, como la Secretaría de Salud, de Educación Pública, de Hacienda y Crédito Público; también participan organismos internacionales como la UNICEF, el Banco Mundial y el Banco Interamericano, instituciones científicas como el Centro de Primera Infancia, del Tec de Monterrey, y por organizaciones de la sociedad civil como Pacto por la Primera Infancia y Save the Children, entre otras.
En esta reunión se presentó la nueva serie de The Lancet sobre “Los siguientes 1,000 días” a cargo de Catherine Draper y la Milagros Nores, codirectora de Investigación del National Institute for Early Education Research.
La Secretaría Ejecutiva del SIPINNA, presentó nueve acciones bianuales 2025-2026 para fortalecer la atención inmediata e integral a la primera infancia en todo el país, como la Cartilla Nacional de Salud; educación inicial, preescolar y cuidado cariñoso y sensible; intervenciones sobre entornos seguros; Actas de nacimiento, creación del Sistema de Seguimiento Nominal; difusión de los Programas del Bienestar, y acciones de coordinación territorial y legislativa y se propuso llevar a cabo el monitoreo de la inversión pública orientadas a estas acciones desde los tres órdenes de gobierno.
“Desde nuestras instituciones, convocamos este evento con el firme propósito de conectar esta investigación de alto nivel con los esfuerzos que estamos impulsando en México”, señaló el Centro de Primera Infancia en un comunicado. “Buscamos no solo dar visibilidad a la evidencia, sino también articularla con las acciones que promovemos desde distintos frentes, con el objetivo de generar un cambio real en las políticas, programas e inversiones dirigidas a la primera infancia”.

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