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Dan Nobel de Economía 2021 a experimentos empíricos en ciencias sociales

La Real Academia Sueca de Ciencias concedió el Premio Nobel de Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel 2021 al canadiense David Card, de la Universidad de California, “por sus contribuciones empíricas a la economía del trabajo”, así como al estadounidense Joshua D. Angrist, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y al neerlandés Guido W. Imbens, de la Universidad de Stanford, “por sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales”.

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Los científicos descubrieron relaciones causales de diversos hechos con base en “experimentos naturales” o de la vida real que ayudan a responder cuestiones complejas para la sociedad, como el impacto en el mercado laboral de diversas políticas públicas económicas o sociales.

¿Cómo afecta la inmigración a la economía de un país? ¿Cómo influye el aumento en el salario mínimo al empleo? ¿Cómo afecta una educación más larga a los ingresos futuros de las personas? Son preguntas que se pueden responder analizando esos experimentos “naturales no intencionados” que son comunes en el mercado laboral, en las políticas económicas y sociales, que se pueden analizar en función de sus causas y sus efectos.

Los tres ganadores han proporcionado nuevos conocimientos y han demostrado que “los experimentos naturales” han revolucionado la investigación empírica para entender fenómenos socioeconómicos complejos, que se ha extendido a otros campos de análisis, incluso para poner a prueba teorías económicas en la vida real.

“A veces la naturaleza o los cambios políticos proporcionan situaciones que se asemejan a los experimentos aleatorios”, dijo Peter Fredriksson, presidente del comité del premio otorgado por la Academia Sueca de Ciencias. “Los estudios de Card sobre cuestiones fundamentales para la sociedad y las aportaciones metodológicas de Angrist e Imbens han demostrado que los experimentos naturales son una rica fuente de conocimiento”.

Los galardonados han demostrado que es posible entender diversos fenómenos económico sociales al analizar esos experimentos naturales utilizando situaciones con sucesos fortuitos o cambios políticos que hacen que grupos de personas sean tratados de forma diferente, como es el caso de los programas gubernamentales asistencialistas o las diversas políticas educativas, laborales o económicas.

Algo parecido ocurre en algunos ensayos clínicos de medicamentos y vacunas, en el que se usan grupos de control: a unos se les proporcionan los fármacos mientras que a otros se les suministra placebo. Los resultados son diferentes en ambos grupos. Pero a diferencia de los ensayos clínicos, donde el investigador tiene un control total sobre a quién recibe un tratamiento y quién no, en los experimentos naturales el investigador tiene acceso a los datos de los grupos de tratamiento y de control, donde no se puede obligar a las personas a participar en el programa estudiado ni prohibirles que lo hagan.

“A veces la naturaleza o los cambios políticos proporcionan situaciones que se asemejan a los experimentos aleatorios. Los estudios de Card sobre cuestiones fundamentales para la sociedad y las aportaciones metodológicas de Angrist e Imbens han demostrado que los experimentos naturales son una rica fuente de conocimiento”.

PETER FREDRIKSSON, PRESIDENTE DEL COMITÉ DEL PREMIO nobel en ciencias económicas.

Experimentos naturales en la educación

En un innovador estudio de 1994, Joshua Angrist y Guido Imbens demostraron que pueden extraerse conclusiones sobre la causalidad de los experimentos naturales lo que cambió radicalmente la forma en que los investigadores abordan las cuestiones empíricas.

Un ejemplo en el campo educativo se basa en la pregunta sobre cuánto más se puede ganar si se opta por estudiar más tiempo. Un primer intento de responder podría consistir en examinar los datos sobre la relación entre los ingresos de las personas y su educación. En el caso de los hombres nacidos en EE.UU. en la década de 1930, los ingresos eran, por término medio, un siete por ciento más altos para los que tenían un año más de estudios.

Pero en los experimentos sociales no se pueden obtener correlaciones directas. Las personas que eligen una educación larga difieren en muchos aspectos de quienes eligen una educación corta, por ejemplo, algunas personas pueden tener talento para estudiar y trabajar, es probable que continúen estudiando, pero probablemente seguirían teniendo ingresos elevados aunque no lo hicieran. También puede darse el caso de que solo las personas que esperan que la educación sea rentable decidan estudiar más tiempo.

Algo similar ocurre con la correlación entre ingresos y longevidad. Los datos muestran que las personas con mayores ingresos viven más tiempo, pero ¿se debe esto realmente a sus mayores ingresos, o estas personas tienen otros atributos que hacen que vivan más tiempo y ganen más? Hay más ejemplos en los que hay razones para cuestionar si existe una verdadera relación causal.

Joshua Angrist y Guido Imbens demostraron que los niños en Estados Unidos pueden dejar la escuela cuando cumplen 16 o 17 años, dependiendo del estado en el que vivan. Como todos los niños que nacen en un año natural determinado empiezan la escuela en la misma fecha, pero los niños que nacen a principios de año pueden dejar la escuela antes que los niños que nacen más tarde.

Compararon a las personas nacidas en el primer y el cuarto trimestre del año, y observaron que el primer grupo había pasado, en promedio, menos tiempo en la escuela y que las personas nacidas en el primer trimestre también tenían menos ingresos que las nacidas en el cuarto trimestre. Por lo tanto, en la edad adulta tenían menos educación y menos ingresos que los nacidos en el último trimestre del año.

Aunque parezca que los experimentos naturales son poco habituales, en los últimos 30 años se ha demostrado que se producen con frecuencia y pueden surgir debido a cambios de políticas públicas en algunas regiones de un país como impuestos adicionales, prestaciones laborales, seguridad social, etc., que hacen que algunos individuos estén expuestos a una intervención o política mientras que otros, no lo están. Por lo tanto, existe una aleatoriedad involuntaria que divide a las personas en grupos de control y de tratamiento, lo que ofrece a los investigadores la oportunidad de describir relaciones causales.

El gráfico utiliza datos de Angrist y Krueger de 1991, que muestran que las personas con 12 años de educación tienen ingresos que son un 12% más altos que los de las personas con 11 años de educación. Las personas con 16 años de educación tienen 65% más de ingresos que las personas con 11 años de educación.

Investigaciones laborales

Desde principios de la década de 1990 las investigaciones de David Card desafiaron algunas hipótesis de economía neoliberal, como aquella que sostenía que el aumento de los salarios mínimos conducía a una disminución del empleo.

Fue coautor de influyentes investigaciones sobre ese tema junto con Alan Krueger, específicamente uno que utilizó la frontera geográfica natural entre Nueva Jersey y Pensilvania, en Estados Unidos, para probar el efecto del aumento en el salario mínimo. En Nueva Jersey el salario mínimo por hora pasó de 4.25 a 5.05 dólares y los investigadores observaron que numerosos factores pueden influir en la evolución de los niveles de empleo a lo largo del tiempo. Al igual que en los experimentos aleatorios, se necesita un grupo de control, es decir, un grupo en el que los salarios no cambien, pero todos los demás factores sean los mismos.

Los investigadores descubrieron que un aumento del salario mínimo no tenía ningún efecto sobre el número de empleados y que los efectos negativos del aumento del salario mínimo son pequeños y significativamente menores de lo que se creía.

Una posible explicación es que las empresas pueden trasladar el aumento de los costes a los consumidores en forma de precios más altos, sin que se produzcan reducciones significativas de la demanda. Otra explicación es que las empresas que dominan su mercado laboral local pueden mantener los salarios bajos; un aumento del salario mínimo significa, por tanto, que más personas quieren trabajar, lo que conduce a un aumento del empleo.

Cuando las empresas tienen tal poder sobre el mercado, no se puede determinar de antemano cómo afectará al empleo la modificación del salario mínimo. Los numerosos estudios inspirados en el trabajo de Card y Krueger han mejorado considerablemente la comprensión del mercado laboral.

Card y Krueger utilizaron un experimento natural para estudiar cómo el aumento del salario mínimo afecta al empleo. Los investigadores identificaron un grupo de tratamiento (restaurantes de Nueva Jersey) y un grupo de control (restaurantes del este de Pensilvania) para medir el efecto del aumento del salario mínimo.

El asunto de la inmigración

Otra cuestión importante es cómo afecta la inmigración al mercado laboral. Para responder a esta pregunta, necesitamos saber qué habría pasado si no hubiera existido la inmigración.

Un acontecimiento único en la historia de EE.UU. dio lugar a un experimento natural, que David Card utilizó para investigar cómo afecta la inmigración al mercado laboral. En abril de 1980, Fidel Castro permitió que todos los cubanos que quisieran abandonar el país lo hicieran. Entre mayo y septiembre de ese año 125 mil cubanos emigraron a Estados Unidos y muchos de ellos se instalaron en Miami, lo que supuso un aumento de la mano de obra de alrededor del 7%. Para examinar cómo afectó esta enorme afluencia de trabajadores en el mercado laboral, Card comparó las tendencias salariales y de empleo con la evolución de los salarios y el empleo en otras cuatro ciudades que no recibieron a los inmigrantes.

A pesar del enorme aumento de la oferta de mano de obra, Card no encontró efectos negativos para los residentes de Miami con bajos niveles de educación. Los salarios no cayeron y el desempleo no aumentó, en relación con las otras ciudades.

Este estudio generó nuevas investigaciones empíricas y ahora se comprenden mejor los efectos de la inmigración. Los estudios de seguimiento demostraron que el aumento de la inmigración tiene un efecto positivo en los ingresos de muchos grupos que han nacido en el país. Una de las explicaciones es que los nativos cambian a trabajos que requieren un buen conocimiento de la lengua nativa y en los que no tienen que competir con los inmigrantes por los puestos de trabajo.

Los conocimientos metodológicos de Angrist e Imbens sobre los experimentos naturales y las aplicaciones de Card de este enfoque a cuestiones importantes abrieron el camino a otros investigadores que han fortalecido la credibilidad e impacto de las investigaciones empíricas, para responder a cuestiones de gran complejidad en temas sociales, políticos y económicos.

Estudios de relaciones causales

En todos los escenarios realistas, el efecto de una intervención varía entre las personas. Además, los individuos se ven afectados de forma diferente por un experimento natural. La posibilidad de abandonar la escuela a los 16 años apenas afectará a quienes ya tenían previsto ir a la universidad.

¿En qué condiciones se puede utilizar un experimento natural para estimar los efectos de una determinada intervención o política pública, como un curso de informática, o un programa asistencialista como guarderías para madres trabajadoras, cuando los efectos varían entre los individuos y no tenemos un control completo de quién participa? ¿Cómo se puede estimar este efecto y cómo debe interpretarse?

Simplificando un poco, se puede imaginar un experimento natural como si dividiera aleatoriamente a los individuos en un grupo de tratamiento y un grupo de control, al igual que los ensayos clínicos. Angrist e Imbens demostraron que es posible estimar el efecto del programa aplicando un proceso de dos pasos (conocido como método de variables instrumentales). El primer paso investiga cómo afecta el experimento natural a la probabilidad de participación en el programa. El segundo paso tiene en cuenta esta probabilidad al evaluar el efecto del programa real.

Con unos pocos supuestos, que Imbens y Angrist formularon y discutieron en detalle, se puede estimar el impacto del programa o la política pública, incluso cuando no hay información sobre quién se vio realmente afectado por el experimento natural.

Una conclusión importante es que solo es posible estimar el efecto entre las personas que cambiaron su comportamiento como resultado del experimento natural. Así, demostraron qué conclusiones sobre la causa y el efecto pueden extraerse de los experimentos naturales.

Las contribuciones de los galardonados de principios de los años 90 demuestran que es posible responder a preguntas importantes sobre la causa y el efecto de determinadas políticas económicas, como las reformas energéticas, utilizando experimentos naturales.

Los conocimientos metodológicos de Angrist e Imbens sobre los experimentos naturales y las aplicaciones de Card de este enfoque a cuestiones importantes abrieron el camino a otros investigadores que han fortalecido la credibilidad e impacto de las investigaciones empíricas, para responder a cuestiones de gran complejidad en temas sociales, políticos y económicos.

 
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