El 14 de diciembre del 2020, el entonces Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, le dio posesión en el Palacio Nacional durante la mañanera de ese día al nuevo Director General (DG) del Instituto Politécnico Nacional (IPN); a su lado estaba el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Una sencilla ceremonia que contrasta con la designación equivalente, y ya histórica, que ocurría con todo glamour en Los Pinos ante múltiples representantes de la comunidad de ese Instituto, y de otros centros educativos y académicos. Se ofrecían extensos discursos del funcionario y del propio Presidente de la República, honores a la bandera, porras y otras expresiones de júbilo.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!El nuevo DG, Dr. Arturo Reyes Sandoval, nervioso pero con toda claridad indicó que su misión era servir al IPN en diversos campos del conocimiento, y no servirse del mismo; y enfatizó, muy acertadamente, la necesidad de la internacionalización del Poli; característica de suma debilidad, y sobre la que tenemos alguna experiencia, y a la que nos referiremos con cierta amplitud en una próxima comunicación.
El Dr. Reyes es egresado de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), una de las entidades educativas del país con más raigambre científica, y que a pesar de las limitantes que ha sufrido ha generado innovaciones científicas y tecnológicas admirables. Ahí también él obtuvo su maestría y doctorado. Y en todos los casos fue un estudiante sobresaliente. Al momento de su designación era profesor asociado en uno de los institutos de la Universidad de Oxford en el Reino Unido; sus últimas publicaciones enfatizan la construcción de plataformas virales como la del zika, dengue y papiloma humano. Ha generado un total de 56 trabajos con diversos grupos científicos; algunas de sus investigaciones aparecen en revistas de alto prestigio pero se observan pocos trabajos como primer autor. Tiene aproximadamente 47 años, y ha alcanzado el Nivel 2 del Sistema Nacional de Investigadores; un nivel intermedio, y algo sobresaliente, en la clasificación del SNI. Fue propuesto para obtener el Premio Nacional de Ciencias; por el alto nivel de competitividad de ese reconocimiento, se estima que esa propuesta debería de haber ocurrido en una fecha posterior a la que se hizo, para dar tiempo a enriquecer mejor sus plausibles logros científicos.
Al momento de su designación, Reyes sandoval, era profesor asociado en uno de los institutos de la Universidad de Oxford en el Reino Unido. Ha generado un total de 56 trabajos con diversos grupos científicos; algunas de sus investigaciones aparecen en revistas de alto prestigio pero se observan pocos trabajos como primer autor.
El anterior DG del Poli, Dr. Mario Rodríguez, llegó a esa posición con reconocimientos académicos muy modestos ya que su vida profesional la ha invertido notablemente en la administración. Según las abundantes críticas de la comunidad Guinda y Blanco (los colores distintivos del Poli), una vez que arribó a la dirección general se dedicó a seguir los consejos de uno de sus sagaces mentores con amplia experiencia en la administración, pero igualmente pobre en el campo de la educación, ciencia, tecnología e innovación; lo rodeó de secretarios, ayudantes y asesores con muy escasa visión de lo que el Politécnico necesitaba y necesita.
A consecuencia de lo anterior, se formaron diversos grupos de académicos (sin injerencia estudiantil visible, quizá por la pandemia) para insistir en múltiples mensajes virtuales al Presidente López Obrador, vía el Secretario Barragán, que no hubiera reelección. En los últimos meses del 2020 se llevaron a cabo numerosas reuniones con el propósito señalado; y simultáneamente la misma comunidad propuso cerca de cinco académicos con muy buenas credenciales para ocupar la DG. Estos académicos ofrecieron charlas y establecieron contactos en formas diversas con la comunidad. En virtud de la pandemia, una buena parte de esas acciones ocurrieron en forma virtual. En algunos casos fueron invitados por los colaboradores del Secretario Barragán, y solamente en una breve ocasión por el Secretario mismo, para charlar sobre el ambiente que predominaba en el IPN en relación a las autoridades del momento; se decía que el Presidente los invitaría a dialogar, pero esa invitación nunca ocurrió o por lo menos la comunidad no se enteró. Finalmente, la reelección del Dr. Rodríguez no ocurrió.
EL Secretario de Educación no parecía que estuviera compenetrado de las dificultades y aciertos de esa gran institución; y mucho menos de las presuntas deshonestidades atribuidas a los funcionarios previos (y parece que también a los previos de los previos).
Conforme la Ley Orgánica del IPN, el Presidente puede hacer la designación del DG en forma directa; y eso es lo que hizo el Lic. López Obrador. Se comenta ahora que hubiera sido deseable que el Presidente hubiera charlado con los candidatos y candidatas (o precandidatos-as) propuestos para conocer su visión y enterarse mejor de la problemática del Poli, ya que su Secretario de Educación no parecía que estuviera compenetrado de las dificultades y aciertos de esa gran institución; y mucho menos de las presuntas deshonestidades atribuidas a los funcionarios previos (y parece que también a los previos de los previos).
De haberse dado ese diálogo, el Presidente podría haber tomado la misma decisión de nombrar al Dr. Reyes como DG; pero en esas circunstancias, la variable mayúscula, habría sido estar mejor enterado de los retos y vicisitudes actuales y de las notables potencialidades que tiene el IPN; el Instituto creado por uno de los héroes que el Presidente enarbola recurrentemente: el General Lázaro Cárdenas. Héroe al que la inmensa mayoría, y quisiera pensar que todos, de los que llevamos la sangre Guinda y Blanco nos adherimos con intensa pasión y júbilo.
Ese personaje salido de la Revolución Mexicana, entendió la enorme importancia de la educación y de la técnica para el país; y consecuentemente se propuso educar a los más pobres e ignorantes de México. Y para ello creó en 1936 al IPN, estableció una red de internados y escuelas a lo largo y ancho de la geografía nacional, que bajo la coordinación del Poli ayudaron al cambio social de una parte de la población y a tecnificar rápidamente al país. Se sabe con certeza que la otra gran institución, la Universidad Nacional Autónoma de México, no estaba sobresalientemente interesada en la educación técnica; el énfasis se concentraba primordialmente en la educación e investigación social y humanística. Es justo reconocer que la UNAM colaboró en formas diversas al establecimiento y desarrollo de su “competencia” académica y deportiva. Por cierto, el primer encuentro de futbol americano lo ganó el equipo de los burros blancos (la mascota distintiva del Poli).
El General Cárdenas se rodeó para el efecto de una pléyade de grandes mexicanos con preparaciones académicas envidiables, y con entusiasmo y pasión que en la actualidad parece que se han escaseado; o que su vehemencia tiene otros niveles. Se establecieron, y se rescataron, nuevas escuelas a nivel técnico, técnico medio y profesional en campos del conocimiento que era esencial para el México postrevolucionario.
El General Cárdenas se rodeó para el efecto de una pléyade de grandes mexicanos con preparaciones académicas envidiables, y con entusiasmo y pasión que en la actualidad parece que se han escaseado; o que su vehemencia tiene otros niveles. Se establecieron, y se rescataron, nuevas escuelas a nivel técnico, técnico medio y profesional en campos del conocimiento que era esencial para el México postrevolucionario; llegaron así a las aulas y talleres los hijos de los campesinos y obreros, es decir, los olvidados de siempre; adicionalmente a la educación gratuita y de calidad los estudiantes recibían becas para su subsistencia. Por razones de espacio es quizá válido señalar solamente, como representante de ese grupo de distinguidos mexicanos, al Ing. Juan de Dios Bátiz Paredes, Subsecretario de Educación; el mismo ingeniero militar Bátiz Paredes, distinguido sinaloense, venía de las filas de la revolución.
En fecha posterior se pretende describir los logros técnicos y académicos específicos, e inmediatos, que conquistó el Politécnico. Y también señalar las oportunidades que se tienen actualmente por delante sin excluir la pérdida de rumbos, y hasta de calidad; algunos de estos elementos podrían ser considerados eventualmente por el nuevo Director General, y su equipo de trabajo, por el bien del Instituto Politécnico Nacional y consecuentemente de la nación mexicana.
Octavio Paredes López: Premio de la Academia de Ciencias del Mundo en Desarrollo (TWAS, Trieste, Italia) / Premio Nacional de Ciencias / Investigador Emérito del Cinvestav-IPN y del SNI-Conacyt.
Artículo publicado originalmente en el espacio del Consejo Consultivo de Ciencias de la República en el diario La crónica de hoy. Reproducción con permiso del autor.
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