El descubrimiento de casi dos mil herramientas líticas de hace más de 30 mil años, llevado a cabo por un equipo transdisciplinario e internacional de científicos encabezado por Ciprian Ardelean, de la Universidad Autónoma de Zacatecas, no solo cimbra los conocimientos arqueológicos actuales sobre el poblamiento de América, sino que revela los avanzados conocimientos de los primeros grupos que poblaron lo que hoy es el territorio mexicano.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Los investigadores llevaron a cabo exploraciones y extracciones en la cueva del Chiquihuite, en el pico de una montaña en la Sierra El Astillero, del norte del estado de Zacatecas, a 2 mil 800 metros de altura sobre el nivel del mar.
A lo largo de más de cuatro meses de excavaciones en la cueva, los investigadores encontraron centenas de puntas afiladas, cuchillas de piedra, hojas, flechas, navajas, ganchos, buriles, nódulos ovoides, hojuelas, cuñas, escamas filosas, plaquetas, puntos transversales y piedras con formas geométricas. Todas fabricadas por diversos grupos humanos prehistóricos de la Edad del Hielo.
Los asombrosos hallazgos publicados en la revista Nature, colocan a estos pobladores prehistóricos como los más antiguos localizados hasta ahora en todo el continente, 16 mil años más antiguos que los anteriores registros.
Esto es evidencia de actividad cultural, dice el artículo. Los artefactos de piedra que reflejan una tradición tecnológica que anteriormente era desconocida y permanece prácticamente sin cambios en ese largo periodo.
Juan Macías Quintero, de la Escuela de Arqueología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, comenta que no solo encontraron las puntas ya terminadas sino también las piezas que son resultado del proceso de talla, por ejemplo, aquellas no terminadas o que se fracturaron mientras se fabricaban, o bien, los núcleos de donde se extraían esas puntas de proyectil. Esto indica una amplia serie de actividades que se llevaban a cabo en la cueva.
Los investigadores también encontraron las piedras de golpe y de raspado, con las que se fabricaban las herramientas hechas de roca caliza silicificada llevada desde otros sitios a la cueva. Toda una industria neolítica.
Esto es evidencia de actividad cultural, dice el artículo. “Artefactos de piedra que reflejan una tradición tecnológica que anteriormente era desconocida y permanece prácticamente sin cambios” en ese largo periodo.
Escuela prehistórica de herramientas
Estos objetos arrojan fechas muy variadas que van desde los 18 mil años a más de 30 mil años. Durante ese periodo diversos grupos, a lo largo de los milenios, fueron a la cueva a producir sus herramientas, como si se tratara de una fábrica o una escuela prehistórica de herramientas.
“Buscaban tamaños y formas muy particulares con procesos de manufactura muy estandarizados”, afirma Macías Quintero. “Revela un proceso muy avanzado de conocimiento sobre la materia prima. Sabían perfectamente lo que buscaban, no experimentaban a ver qué obtenían”.
Los objetos van desde los 18 mil años a más de 30 mil años. Durante ese periodo diversos grupos, a lo largo de los milenios, fabricaban sus herramientas, como si se tratara de una fábrica o una escuela prehistórica de herramientas.
Así, generaban ganchos largos, lascas sobrepasadas, navajas, puntas bifaciales, entre otros, con técnicas que no se habían observado antes en ningún sitio antiguo de América.
Pero no solo se localizaron herramientas, también huesos de animales como conejos, liebres, marmotas, ratones, ratas de campo, aunque no de la megafauna típica de la Edad del Hielo. “Podemos inferir que los llevaron seres humanos o quizá fue un oso negro cuyos huesos también se localizaron ahí”, afirma Joaquín Arroyo Cabrales, investigador del Laboratorio de Arqueozoología del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El experto en fauna prehistórica señala que si bien no se encontraron huesos humanos, sí ADN de varias especies de animales como caballo, ovejas, cabra, nutria, roedores, y aves como el cóndor, halcón y gorrión.
También se obtuvo ADN de polen y fitolitos (biominerales de origen vegetal), de diversas especies de plantas como abetos, palma, pino y pastos y se encontraron restos de plantas quemadas que probablemente fueron llevadas por los humanos al interior de la cueva como artefactos perecederos o alimentos.
Los investigadores buscaron ADN humano, pero hasta ahora no ha sido posible identificarlo.
El equipo de 28 investigadores de diversas disciplinas confirmaron los descubrimientos con una gran diversidad de técnicas científicas que incluyeron el análisis geológico, del paleoambiente, elementos químicos, análisis de muestras orgánicas, del ADN ambiental, de huesos, entre otros.
Puedes observar una animación en 3D de la zona de excavación de la cueva del Chiquihuite en ente vínculo: https://sketchfab.com/3d-models/chiquihuite-13-2caa3caeb04d4170a02a42ae685d9d54