Un estudio reciente ha revelado algo sorprendente: el cerebro de los perros es más pequeño que el de los lobos, pero esto no significa que el acompañante favorito del ser humano sea menos inteligente. En realidad, este cambio evolutivo es común entre muchos animales salvajes que han sido domesticados.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Investigadores de Hungría y Suecia, liderados por László Zsolt Garamszegi, del Centro de Investigación Ecológica de Hungría y Niclas Kolm, de la Universidad de Estocolmo, desafían la idea sostenida durante mucho tiempo, de que la domesticación es el principal factor que provoca la reducción del tamaño del cerebro en los animales domésticos, específicamente, de los perros.
Los científicos analizaron los cerebros y el cuerpo de 25 especies de cánidos, incluyendo razas antiguas de perros —que son genéticamente más cercanas al perro ancestral—, lobos grises y chacales usando un modelo 3D creado a partir de tomografías computarizadas de alta resolución.
El estudio, publicado en la revista Biology Letters (DOI: 10.1098/rsbl.2024.0336), emplea un método comparativo filogenético para analizar si el perro doméstico (Canis familiaris) exhibe un cerebro singularmente pequeño en relación con su tamaño corporal, en comparación con otras especies de cánidos.
Descubrieron que, aunque los perros domésticos tienen cerebros más pequeños en comparación con los lobos, esta reducción no es tan única ni impactante como se pensaba. De hecho, otras especies también muestran reducciones similares debido a diferentes adaptaciones.
“Durante mucho tiempo se ha considerado que la domesticación es el motor evolutivo más poderoso que ha provocado reducciones drásticas del tamaño cerebral del perro, que se considera un ejemplo típico que muestra una disminución sustancial del tamaño cerebral en relación con su ancestro, el lobo gris (Canis lupus)”, indican los científicos en el artículo.
Los análisis filogenéticos mostraron que la reducción del tamaño del cerebro en los perros domésticos no es una singularidad evolutiva inequívoca, de hecho, su tamaño se encontraba dentro del rango esperado para la mayoría de las razas antiguas utilizadas en el estudio, lo que sugiere que la domesticación no es la única causa que influye en la reducción del tamaño del cerebro entre los cánidos.
En el tamaño del cerebro intervienen otros factores ecológicos y evolutivos, como la adaptación a diferentes entornos y comportamientos, así como la dieta y el estilo de vida.
Anteriormente, se consideraba que se reducía el tamaño del cerebro debido a la menor necesidad de sobrevivir en la naturaleza o presiones de selección natural más relajadas, como una menor necesidad de búsqueda de alimento, disminución de la competencia por el apareamiento y la casi inexistencia de depredadores.
Este fenómeno es el resultado de la menor necesidad de tejido cerebral metabólicamente costoso en un entorno doméstico. Si bien los perros domesticados muestran una disminución sustancial del tamaño del cerebro, este estudio demuestra que esta reducción no es excepcional cuando se ve en un contexto filogenético (un análisis de parentesco) más amplio.
Es decir, intervienen otros factores ecológicos y evolutivo, como la adaptación a diferentes entornos y comportamientos como la dieta y el estilo de vida, que también juegan un papel importante en el tamaño del cerebro.
Por ejemplo, el estudio encontró que el “perro mapache” común, un animal que hiberna y es muy parecido al mapache, tiene un cerebro aún más pequeño en comparación con su tamaño corporal. Esto podría deberse a la necesidad de conservar energía durante largos períodos de inactividad.
Este descubrimiento muestra que la evolución es un proceso mucho más complejo de lo que se piensa y que sl tamaño del cerebro no solo depende de la inteligencia, sino también de otros factores. Además, este estudio invita a ser más cuidadosos al interpretar las diferencias entre especies. No siempre se puede asumir que un animal con un cerebro más grande es más inteligente que otro.
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