Desde hace más de medio siglo, la comunidad científica y ecológica internacional advirtió sobre la necesidad de proteger y restaurar los ecosistemas del planeta que estaban siendo dañados; desde 1973, lejos de protegerse, el medio ambiente del planeta continúa siendo afectado por las actividades humanas.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!
Este 5 de junio se conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente con el objetivo de concientizar a la humanidad sobre los daños que estamos ocasionando en todos los rincones de nuestro planeta. Lamentablemente, se continúan erosionando los suelos, contaminando los cielos, derritiendo los polos y dañando los mares, lagos y ríos.
Todas las poblaciones de especies de animales y plantas han sido perjudicadas y muchas de ellas se encuentran en peligro de extinción. A pesar de los llamados, desde hace medio siglo, el ser humano no ha sido capaz de implementar las políticas públicas internacionales que permitan detener y revertir el deterioro causado.
Ejemplo de ello es que cada cinco segundos se erosiona una superficie de suelo equivalente a un campo de fútbol, sin embargo, se requieren 1,000 años para generar 3 centímetros de tierra vegetal fértil. Además, las emisiones de gases de efecto invernadero, lejos de disminuir, aumentan año con año, lo que incrementa los daños por el cambio climático.
Instituida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la conmemoración de este año se centra en un país anfitrión: en 2025 es Corea del Sur y el tema principal es la contaminación mundial por plásticos.
De acuerdo con el PNUMA, desde la década de 1950 la humanidad ha producido 9 mil 200 millones de toneladas de plástico, de las cuales alrededor de 7 mil millones de toneladas (casi el 80 %) se han convertido en residuos.

Avalanchas de contaminantes
Se estima que 11 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. Eso equivale al peso de alrededor de 1,100 torres Eiffel juntas. Cada año se producen a nivel mundial más de 400 millones de toneladas de plástico y esta cifra se triplicará en 15 años.
De acuerdo con el PNUMA, desde la década de 1950 la humanidad ha producido 9 mil 200 millones de toneladas de plástico, de las cuales alrededor de 7 mil millones de toneladas (casi el 80 %) se han convertido en residuos.
Esto se ha traducido en avalanchas de botellas plásticas, envases dispensadores, camisetas de poliéster, tuberías de PVC y otros productos que son parte de una crisis de contaminación por plásticos que afecta todos los ecosistemas, lo que agrava los efectos del cambio climático y expone a las personas a contaminantes potencialmente dañinos.
El tiempo se acaba y la naturaleza se encuentra en situación de emergencia. Esta semana deberían ser días de concientización sobre la importancia de proteger a nuestro planeta de nosotros mismos. Los países de todo el mundo están negociando actualmente un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para poner fin a la contaminación por plásticos.
Hoy en día, los plásticos son una parte fundamental del mundo moderno y se utilizan en todo tipo de productos, desde piezas de automóviles hasta dispositivos médicos. Una de las principales fuentes de contaminación por plásticos son los productos plásticos de un solo uso, los cuales no se reciclan, saturan los sistemas de gestión de residuos e invaden el medio ambiente.
Muchas “islas” de decenas de kilómetros compuestas de residuos plásticos circulan por las corrientes marinas de prácticamente todos los océanos del planeta.
De acuerdo con una investigación publicada en la revista Communications Earth & Environment, menos del 10 % de los plásticos a nivel mundial se fabrican con materiales reciclados. Los hallazgos, publicados por científicos de la Universidad de Tsinghua en Pekín, China, forman parte de un análisis exhaustivo del sector mundial del plástico.
También revela un gran aumento en la cantidad de plástico que se desecha mediante incineración y que persisten diferencias regionales sustanciales en el consumo de plástico. La producción de plástico ha aumentado de 2 millones de toneladas anuales en 1950 a 400 millones de toneladas anuales en 2022, y se proyecta que rebase los 1,000 millones de toneladas anuales para 2050.
En consecuencia, la contaminación por plásticos es un problema mundial acelerado y creciente que plantea importantes desafíos para el medio ambiente, la economía y la salud pública. A pesar de ello, y aunque parezca increíble, actualmente existen pocos análisis exhaustivos sobre el sector mundial del plástico.
las posibles implicaciones para la salud humana siguen sin estar claras, pero sus hallazgos podrían poner de relieve una consecuencia del aumento de las concentraciones globales de plásticos ambientales.

Contaminación microplástica
De las enormes cantidades de residuos plásticos que contaminan al planeta muchos de ellos se introducen al organismo de animales y humanos en forma de microplásticos y, si bien actualmente se llevan a cabo diversos estudios sobre los efectos de la acumulación de microplásticos en los órganos humanos, aún no se sabe del todos sus efectos en la salud.
Las diminutas partículas de plástico se acumulan en mayores niveles en el cerebro humano, pero también en el riñón, hígado, intestinos, testículos, sangre e incluso en la leche materna.
Una investigación llevada a cabo con muestras de cadáveres y publicada en la revista Nature Medicine señala que las posibles implicaciones para la salud humana siguen sin estar claras, pero sus hallazgos podrían poner de relieve una consecuencia del aumento de las concentraciones globales de plásticos ambientales.
La cantidad de nanopartículas y micropartículas plásticas ambientales, cuyo tamaño varía desde tan solo 1 nanómetro (una milmillonésima parte de un metro) hasta 500 micrómetros (una millonésima parte de un metro) de diámetro, ha aumentado exponencialmente en los últimos 50 años.
Aunque todavía no está claro si son dañinas o tóxicas para los humanos, la mayoría de los estudios ha servido para identificar la presencia de estas partículas en tejidos y órganos, pero la exposición es intensa, un estudio descubrió que, en promedio, un litro de agua embotellada contiene alrededor de 240,000 microplásticos.
Las diminutas partículas de plástico se acumulan en mayores niveles en el cerebro humano, pero también en el riñón, hígado, intestinos, testículos, sangre e incluso en la leche materna.

Algunos efectos
De acuerdo con el PNUMA, la contaminación por microplásticos puede causar estragos en los ecosistemas, por ejemplo, las pequeñas partículas pueden ralentizar el crecimiento del fitoplancton, subconjunto de organismos que es la base de cadenas alimenticias de muchos animales acuáticos.
Además, los peces a menudo ingieren por error productos plásticos, llenando sus estómagos con fragmentos no digeribles que les saturan sus sistemas digestivos y les provocan la muerte por inanición.
El plástico, a lo largo de todo su ciclo de vida, también contribuye al cambio climático, ya que su producción —un proceso que requiere mucha energía— fue responsable de más del 3 % de las emisiones de gases de efecto invernadero que calientan el planeta.
Una investigación publicada en el revista Nature Communications llevada a cabo por investigadores de la Universidad Nacional de Chiayi, en Taiwán, descubrió que en los ratones los nanoplásticos alteran las interacciones entre el microbioma intestinal y el huésped, es decir, pueden comprometer la integridad intestinal al afectar la expresión de dos proteínas implicadas en la integridad de la barrera intestinal, lo que podría alterar su permeabilidad.
Estos hallazgos sugieren un mecanismo por el cual los nanoplásticos podrían afectar la microbiota y el entorno intestinal en ratones. Sin embargo, se necesita investigación para explorar cómo la acumulación de nanoplásticos podría afectar a los seres humanos.

Más información:
– Crece huella de carbono del turismo mundial
– La contaminación del aire puede ocasionar cáncer
– La contaminación del aire puede ocasionar cáncer
– El cambio climático incrementará la resistencia a los antimicrobianos
– Hallan vida marina en basura de los océanos
– Los microplásticos de neumáticos y frenos se expanden por la atmósfera