Los océanos del mundo, que cubren más del 70% de la superficie de la Tierra, son fundamentales para la vida en nuestro planeta: desempeñan un papel vital del sistema climático y el ciclo del agua; son fuentes de alimentos, nutrición y medios de vida para miles de millones de personas; son la base fundamental para la biodiversidad y brindan una variedad de servicios ecosistémicos; proporcionan oxígeno y capturan la mayor parte de los gases de efecto invernadero.
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Sin embargo, los estamos dañando de forma creciente y acelerada. El Día Mundial de los Océanos es una fecha dedicada a concientizar sobre el papel crucial que los océanos desempeñan en nuestra existencia y las múltiples formas en que la vida planetaria depende de ellos.
Fue propuesto por primera vez en 1992 durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro como una manera de celebrar los océanos que comparten los países del mundo y nuestra relación personal con el mar, así como para crear conciencia sobre cómo las personas pueden contribuir a protegerlos.
La temperatura, química, corrientes y vida de los océanos mueven y son la base de sistemas que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. “Nuestras precipitaciones, el agua potable, el clima, el tiempo, las costas, gran parte de nuestros alimentos e incluso el oxígeno del aire que respiramos provienen, en última instancia, del mar y son regulados por este. Históricamente, los océanos y los mares han sido cauces vitales del comercio y el transporte”, señaló la Asamblea General de las Naciones Unidas, al declarar en la resolución 63/111, que a partir de 2009, el día 8 de junio es el Día Mundial de los Océanos.
A 14 años de distancia, persiste un continuo deterioro de las aguas costeras, debido a la contaminación y la acidificación de los océanos, agudizado por el cambio climático, que está teniendo un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad, y también está afectando negativamente a la pesca de pequeña escala y la productividad de las zonas costeras.
Para analizar la situación de los mares en el mundo se lleva a cabo la tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), del 9 al 13 de junio, en Niza, Francia, con el objetivo de apoyar la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 14: “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.
Se estima que el 60 % de los ecosistemas marinos del mundo se han degradado o se utilizan de forma insostenible Como es el caso de Los arrecifes de coral –que sustentan una cuarta parte de todas las especies marinas y en ellos se basan miles de millones de dólares en turismo y pesca– están desapareciendo ante nuestros ojos.
La tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), se realizará del 9 al 13 de junio, en Niza, Francia, con el objetivo de apoyar la implementación del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 14: “Conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.
“Se enfrenta a una crisis sin precedentes debido al cambio climático, la contaminación por plásticos, la pérdida de ecosistemas y la sobreexplotación de los recursos marinos”, dijo Li Junhua, Secretario General Adjunto de la ONU para Asuntos Económicos y Sociales, quien será el Secretario General del evento. “Esperamos que la conferencia inspire una ambición sin precedentes, alianzas innovadoras y, quizás, una sana competencia”.
El Plan de Acción para los Océanos de Niza se alineó con el Marco Mundial para la Diversidad Biológica de Kunming-Montreal, un acuerdo de 2022, que exige la protección de al menos el 30 % de los recursos marinos y terrestres.
“Acelerar la acción y movilizar a todos los actores para conservar y utilizar sosteniblemente los océanos” es el tema principal de la Conferencia, y busca apoyar acciones adicionales para conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible e identificar nuevas maneras de apoyar la implementación del ODS 14.
No se trata de una amenaza lejana ni futura: está ocurriendo ahora mismo. En abril de 2025, las temperaturas superficiales del mar a nivel mundial alcanzaron su segundo nivel más alto en la historia para ese mes, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea. Asimismo, está en marcha el blanqueamiento de los corales más extenso de la historia registrada, arrasando el Caribe, el océano Índico y partes del Pacífico, un desmoronamiento arrecifal planetario.
Los arrecifes de coral –que sustentan una cuarta parte de todas las especies marinas y en ellos se basan miles de millones de dólares en turismo y pesca– están desapareciendo ante nuestros ojos. Su colapso podría desencadenar efectos en cascada sobre la biodiversidad, la seguridad alimentaria y la resiliencia climática. Pero el daño es aún más profundo, ya que los océanos continúan absorbiendo más del 90 % del exceso de calor proveniente de las emisiones de gases de efecto invernadero, un servicio mundial que podría estar llegando a su límite.
“Desafíos como la contaminación por plásticos, la sobrepesca, la pérdida de biodiversidad, la acidificación de los océanos y el calentamiento están vinculados al cambio climático”, advirtió Li Junhua. Hasta 11 millones de toneladas métricas de plástico llegan al océano cada año, el equivalente a un camión de basura cada minuto.
La rápida pérdida de biodiversidad marina amenaza la vida de 3,000 millones de personas que dependen de ella para sobrevivir. Las poblaciones de peces mundiales dentro de límites biológicos seguros de los océanos se han desplomado del 90 % en la década de 1970 a tan solo el 62% en 2021. Se espera sentar las bases en Niza para un nuevo acuerdo internacional sobre pesca sostenible.
A pesar de su papel vital en la regulación de la vida en la Tierra —produciendo la mitad de nuestro oxígeno y protegiendo contra los extremos climáticos—, el océano sigue padeciendo una escasez crónica de fondos. El ODS 14 sobre vida marina es el que menos recursos recibe de los 17 objetivos globales de la ONU.
Se estima que el 60 % de los ecosistemas marinos del mundo se han degradado o se utilizan de forma insostenible. El costo estimado para proteger y restaurar los ecosistemas marinos durante los próximos cinco años es de 175,000 millones de dólares anuales. “Sin embargo, entre 2015 y 2019 se asignaron menos de 10,000 millones de dólares”, señaló Li Junhua. En respuesta, la cumbre de Niza busca impulsar el financiamiento de las economías azules y promover soluciones lideradas por las comunidades.
A pesar de su papel vital en la regulación de la vida en la Tierra —produciendo la mitad de nuestro oxígeno y protegiendo contra los extremos climáticos—, el océano sigue padeciendo una escasez crónica de fondos.
Las poblaciones de peces mundiales dentro de límites biológicos seguros de los océanos se han desplomado del 90 % en la década de 1970 a tan solo el 62% en 2021.
Para ello, la cumbre busca ser inclusiva, con voces que a menudo se ignoran en los foros globales, como las de las mujeres, los pueblos indígenas, los pescadores y las comunidades costeras. “Estos grupos son los primeros en sufrir los impactos del cambio climático y la degradación de los océanos”, enfatizó Li Junhua. “Pero también son líderes y solucionadores de problemas, por lo que deben ser empoderados”.
La cumbre ocurre una década después del histórico Acuerdo de París que estableció objetivos para limitar el calentamiento global (que no se han cumplido); la ONUC3 impulsará al océano como el centro de la acción climática, como un campo de batalla en primera línea. Y Niza no es solo un lugar escénico: es parte del Mediterráneo que se está calentando un 20 % más rápido que el promedio mundial, lo que lo convierte en un “punto crítico” climático.
Durante la Conferencia participan gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas, organizaciones intergubernamentales, instituciones financieras internacionales, organizaciones no gubernamentales, instituciones académicas, la comunidad científica, el sector privado, organizaciones filantrópicas, pueblos indígenas y comunidades locales, y otros actores, para evaluar los desafíos y las oportunidades relacionados con la implementación del Objetivo 14. Las anteriores conferencias sobre los océanos fueron organizadas por Suecia y Fiji en 2017, en Nueva York; así como Portugal y Kenia en 2022, en Lisboa.
La cumbre de Niza busca incluir voces que a menudo se ignoran en los foros globales, como las de las mujeres, los pueblos indígenas, los pescadores y las comunidades costeras.