El coral más grande del mundo, con una estructura de 183 metros de circunferencia, fue descubierto en las aguas del sureste del océano Pacífico, entre las Islas Salomón. El megacoral ha vivido desde antes de la Revolución Industrial y ha construido una compleja red de millones de pólipos (diminutos cuerpos blandos) hasta conformar un enjambre de colonias, que ha crecido de manera autónoma y sin interrupciones durante más de tres siglos.
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La enorme estructura del animal marino tiene 34 metros de ancho, 32 metros de largo, 5.5 metros de alto y, de acuerdo con los científicos, es visible desde el espacio. Triplica el tamaño del récord anterior y conserva un registro invaluable de las condiciones oceánicas de siglos pasados ya que su edad se calcula entre 300 y 500 años.
El hallazgo fue realizado por un equipo de científicos del proyecto Pristine Seas de National Geographic, que, a bordo de un buque de investigación marina, llevó a cabo una expedición científica en el grupo de islas Tres Hermanas que pertenece a las Islas Salomón.
La mayor parte del megacoral tiene color marrón con destellos de amarillo, azul y rojo brillantes, y está cubierto de ondas que reflejan la superficie del océano. Pertenecientes a la especie Pavona clavus, del grupo de los corales duros, estos corales son el hábitat, refugio y zonas de reproducción esenciales para una gran variedad de especies marinas, desde camarones y cangrejos hasta peces.
“Justo cuando pensamos que no quedaba nada por descubrir en el planeta encontramos un coral gigantesco compuesto por casi mil millones de pequeños pólipos, lleno de vida y color”, dice Enric Sala, explorador residente de National Geographic y fundador de Pristine Seas. “Este es un descubrimiento científico significativo, como hallar el árbol más alto del mundo”.
Los corales y los arrecifes de coral constituyen ecosistemas fundamentales para la vida marina ya que, además de proporcionar alimentos, brinda beneficios económicos y empleo para cientos de millones de personas en todo el mundo.
A mediados de octubre, 18 científicos y cineastas del equipo Pristine Seas —tanto locales como internacionales— emprendieron una expedición en las Islas Salomón para estudiar la salud del océano. Tuvo una duración de varios meses y forma parte de la colaboración entre National Geographic y el gobierno de las Islas Salomón.
Esta expedición utilizó tecnología avanzada a bordo del buque de investigación Argo, para explorar el ecosistema marino con cámaras de profundidad de hasta 6,000 metros, muestreos de ADN ambiental (eDNA) y un innovador sumergible que llega hasta 1,300 metros de profundidad.
“Encontrar un megacoral como este es un poderoso recordatorio de porqué necesitamos acelerar la protección. El océano y los arrecifes de coral no solo nos dan billones de dólares en bienes y servicios cada año, sino que también son una fuente de asombro”. dijo Enric Sala, en conferencia de prensa. “En un momento en el que podemos observar cada centímetro cuadrado de la tierra con satélites y drones, el océano debajo de la superficie sigue guardando misterios como este”.
“Justo cuando pensamos que no quedaba nada por descubrir en el planeta encontramos un coral gigantesco compuesto por casi mil millones de pequeños pólipos, lleno de vida y color”: Enric Sala, explorador residente de National Geographic y fundador de Pristine.
Exploración de alta tecnología
La forma de cúpula del Pavona clavus alberga peces jóvenes de arrecife, cangrejos y otros invertebrados de los que dependen las comunidades locales para su alimentación. Por ello, los corales son “cuneros” marinos, ahí nacen muchas especies, se refugian y se alimentan. Una vez que crecen emigran hacia los manglares y las costas.
Los pólipos que forman este enorme coral provienen de larvas que se asentaron en el fondo marino y se multiplicaron en millones de pólipos genéticamente idénticos a lo largo de los siglos.
El coral es más largo que la ballena azul. A simple vista, podría parecer una inmensa roca justo debajo de la superficie del océano. Debido a su tamaño, cuando los miembros del equipo lo avistaron por primera vez, pensaron que se trataba de los restos de un naufragio. A pesar de su dimensión, el coral nunca había sido observado por los habitantes de la comunidad local y, por lo tanto, nunca había sido documentado, hasta ahora.
Manu San Félix, cineasta submarino del proyecto Pristine Seas, buceó para examinarlo de cerca y descubrió que era un Pavona clavus de tamaño excepcional. “Es un monumento natural que ha sido testigo de la llegada de los primeros europeos a estas aguas. Esta colonia de coral ha coexistido con grandes figuras de la humanidad: Newton, Darwin, Curie, Gandhi, Einstein… y ha sobrevivido a todas”, expresó San Felix.
Señaló que el coral guarda siglos de conocimiento sobre cómo resistir el paso del tiempo. “El código genético de estos pequeños pólipos es como una enciclopedia viviente, un registro de supervivencia ante diversas condiciones climáticas, incluyendo el calentamiento del océano”.
El descubrimiento de este mega coral ha ocurrido en un momento clave en el que solo el 8.4 % de los océanos del planeta cuenta con alguna medida de protección.
Las Islas Salomón están ubicadas en Oceanía y son un tesoro de biodiversidad marina, con la segunda mayor variedad de corales –con más de 490 especies conocidas, tanto duras como blandas–; también alberga uno de los volcanes submarinos más activos del mundo, el Kavachi.
“Son guardianas de las maravillas del Triángulo de Coral, incluyendo este majestuoso coral”, afirmó Collin Beck, del Ministerio de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional de las Islas Salomón. “Aún hay mucho por descubrir sobre la riqueza de la vida marina y los ecosistemas oceánicos, y este hallazgo abre las puertas para avanzar en ese conocimiento. Necesitamos más investigación para entender y proteger nuestra biodiversidad y el planeta”.
Molly Timmers, científica principal de la expedición a las Islas Salomón, fue quien descubrió el anterior coral más grande, cuando trabajaba para la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE. UU. “Tuve la sorpresa de encontrar en el oeste de T’au, en Samoa Americana, lo que hoy llamamos ‘Big Momma’, uno de los corales más grandes jamás registrados. Hoy, he tenido la increíble oportunidad de ver un coral aún más grande en las Islas Salomón. Si Big Momma era como una enorme bola de helado puesta sobre el arrecife, este nuevo coral es como si ese helado se hubiera empezado a derretir, extendiéndose sin fin por el fondo marino”.
Pristine Seas apoya a los países en sus compromisos de conservación oceánica. Su equipo de científicos y cineastas internacionales y locales captura la riqueza y belleza del océano en fotos y videos, colaborando estrechamente con las comunidades locales para impulsar la protección marina.
Los corales y los arrecifes son los ecosistemas marinos más dañados por el cambio climático y el calentamiento global.
Protección de los océanos
El descubrimiento de este mega coral ha ocurrido en un momento clave en el que solo el 8.4 % de los océanos del planeta cuenta con alguna medida de protección. En la Convención de Diversidad Biológica, o COP15, se estableció el objetivo de proteger el 30% de los océanos en 2030, para preservar su capacidad de absorber gran parte de las emisiones de gases de bióxido de carbono, por lo que se requiere cuadriplicar estas áreas protegidas en los próximos seis años.
Los corales y los arrecifes de coral constituyen ecosistemas fundamentales para la vida marina ya que, además de proporcionar alimentos, brinda beneficios económicos y empleo para cientos de millones de personas en todo el mundo. Pero también son los ecosistemas más dañados por el cambio climático y el calentamiento global.
Comprenden solo alrededor del 0.2 % del área del océano, pero contienen más del 25 % de las especies marinas del planeta. Más de 100 países cuentan con arrecifes de coral dentro de sus fronteras, entre ellos México, en cuyo territorio oceánico se encuentra parte del segundo arrecife de coral más grande del mundo: el Sistema Arrecifal Mesoamericano.
Para alcanzar el objetivo de protección de los mares se necesitan alrededor de 190,000 pequeñas áreas marinas protegidas en zonas costeras y 300 áreas protegidas grandes en áreas remotas para el 2030, para salvaguardar los océanos.
Los corales Comprenden solo alrededor del 0.2 % del área del océano, pero contienen más del 25 % de las especies marinas del planeta.
“Los arrecifes de coral son como ciudades submarinas llenas de vida, sosteniendo a una cuarta parte de todas las especies marinas del planeta”, señala Ronnie Posala, del ministerio de Pesca y recursos marinos de las Islas Salomón. “Los corales, aunque parezcan rocas, son seres vivos que construyen estos hábitats increíbles y son nuestra primera línea de defensa, protegiendo a las comunidades costeras de las olas y tormentas”.
Influye directamente en varios cientos de millones de personas en términos de recursos alimentarios, turísticos, ambientales y económicos que benefician a las economías locales. Sin embargo, estos entornos de arrecifes de coral están amenazados y son ecosistemas muy vulnerables, por lo que su protección es fundamental para el planeta.
“El océano nos proporciona sustento y ha contribuido significativamente a nuestra economía y comunidades”, dijo Jeremiah Manele, primer ministro de las Islas Salomón. “Nuestra supervivencia depende de los arrecifes de coral saludables, y este emocionante hallazgo resalta la importancia de protegerlos y conservarlos para las futuras generaciones”.
Este hallazgo pone en evidencia los puntos críticos para la biodiversidad que existen en los océanos y la vida marina que depende de él; para cualquier científico y explorador hacer un descubrimiento de esta magnitud es el máximo sueño, que podría inspirar decisiones clave para impulsar la conservación en todo el planeta.