Debajo de la espesa selva del suelo del sureste mexicano aún se ocultan abundantes vestigios de la antigua civilización maya, pero esta semana, gracias al uso del LiDAR, una tecnología que produce imágenes con el uso de luz láser, se descubrieron muchos de ellos en el estado de Campeche, de hecho, fueron más de 6,500 estructuras, incluida una gran ciudad con pirámides.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!En la investigación publicada en la revista Antiquity (doi.org/10.15184/aqy.2024.148), encabezada por Luke Auld Thomas y Marcello A. Canuto, de la Universidad de Tulane, EE. UU., utilizaron la tecnología LiDAR para inspeccionar una zona selvática de Campeche, de 122 km2, e inexplorada hasta ahora por los arqueólogos.
Sus hallazgos incluyeron la evidencia de estructuras prehispánicas rurales y dispersas, pero también un gran asentamiento urbano desconocido llamado “Valeriana”.
La tecnología LiDAR –que proviene del acrónimo en inglés de “detección y medición de distancia mediante luz” o “detección y medición de distancia mediante imágenes láser”– ha sido utilizada desde hace años en la arqueología, incluida la exploración de vestigios de la cultura maya, ocultos bajo la espesa selva.
“Nuestro análisis no solo reveló una imagen de una región que estaba repleta de asentamientos, sino que también tiene mucha variabilidad”, dijo Auld Thomas, estudiante de doctorado en el Departamento de Antropología del Instituto de Investigación de América Central (MARI) de la Universidad de Tulane.
Estos nuevos hallazgos demuestran que aún queda mucho por descubrir de esta gran civilización desaparecida de manera misteriosa, mucho antes de la llegada de los europeos.
Los hallazgos incluyen la evidencia de estructuras prehispánicas rurales y dispersas, pero también un gran asentamiento urbano desconocido llamado “Valeriana”.
“No solo encontramos áreas rurales y asentamientos más pequeños, también encontramos una gran ciudad con pirámides justo al lado de la única carretera de la zona, cerca de un pueblo donde la gente ha estado cultivando activamente entre las ruinas durante años”, señaló Auld Thomas. “El gobierno nunca supo de ello; la comunidad científica tampoco supo de ello. Esto realmente pone un signo de exclamación detrás de la afirmación de que no hemos encontrado todo, y sí, hay mucho más por descubrir”.
En el artículo, los investigadores señalan: Aquí, presentamos un análisis arqueológico de aproximadamente 122 km2 de datos LiDAR aéreos de alta calidad recopilados en 2013 como parte de un proyecto de monitoreo forestal llamado Alianza M-REDD+ (Reducción de emisiones por deforestación y degradación en México), encabezado por The Nature Conservancy México.
Los resultados del análisis con Alianza dan cuenta de áreas urbanas, una de ellas “Valeriana”, en honor a una laguna de agua dulce adyacente, que para los científicos demuestra que, a diferencia de lo que suele pensar, las ciudades y los asentamientos densos son simplemente ubicuos en grandes franjas de las Tierras Bajas Mayas centrales. Los científicos firman que los estudios LiDAR motivados por la arqueología han inflado las estimaciones de la densidad de asentamientos regionales, es decir, fueron más dispersos de los que se estimaba.
La ciudad tiene dos importantes centros de arquitectura monumental separados por 2 km2, unidos por un asentamiento denso continuo y por la ingeniería paisajística.
“El descubrimiento de Valeriana destaca el hecho de que todavía existen importantes lagunas en nuestro conocimiento sobre la existencia o ausencia de grandes sitios dentro de áreas aún no cartografiadas de las Tierras Bajas Mayas”, afirman los investigadores en el artículo.
El asentamiento y la infraestructura agrícola llenan por completo esa área de 16.6 km2. El estilo y la densidad de la arquitectura coinciden estrechamente con los observados en el área de Chactun-Tamchen, a unos 20 km al suroeste, así como con los registrados recientemente por el trabajo de salvamento arqueológico en el proyecto del Tren Maya.
Ahora, sostienen los investigadores, el campo de la arqueología se enfrenta a la doble tarea de comprender cómo se acumularon los asentamientos a través del tiempo y trazar un gráfico de cómo variaron estos desarrollos a través del espacio, para poder apreciar mejor cuán poblada pudo ser la antigua civilización maya.
Imágenes con luz láser
El descubrimiento se realizó gracias a la elaboración de mapas con imágenes obtenidas por luz láser que permiten observar lo que hay debajo de la densa capa de bosques selváticos y la tierra del suelo.
La detección a distancia o teledetección de imágenes láser LiDAR es una tecnología que se usa desde satélites o aviones para generar mapas en 3D, con los que se pueden determinar las formas tridimensionales de objetos sólidos ocultos.
Con este mapeo láser aerotransportado se obtienen mapas detallados en tiempo real, similar al radar, salvo que, en lugar de las ondas de radio para medir la distancia de los objetos, emplea pulsos de luz láser.
Montado en un vehículo aéreo el láser ilumina las áreas objetivo con la emisión de pulsos de rayos láser de forma continua que al reflejarse en los objetos, va midiendo la reflectancia para crear puntos tridimensionales que representan la superficie del suelo y las estructuras de piedra construidas debajo de él.
Se ha utilizado en diversas aplicaciones desde las naves espaciales que mapean el suelo de lunas y planetas en el Sistema Solar, hasta en el campo de la geología de nuestro planeta, la sismología, la física atmosférica, en estudios de la biodiversidad, en vehículos autónomos, y en la búsqueda y rescate de personas debajo de escombros, entre muchas otras.
LiDAR puede trabajar en condiciones adversas, en total oscuridad, durante tormentas de lluvia o nieve; puede cubrir una gran área muy rápidamente y se pueden hacer mapas muy exactos, más precisos que los obtenidos con radares y sonares.
“El lidar nos está enseñando que, como muchas otras civilizaciones antiguas, los mayas de las Tierras Bajas construyeron un tapiz diverso de pueblos y comunidades sobre su paisaje tropical”: Marcello Canuto, Universidad de Tulane-
Civilización compleja y variada
El Instituto de Investigación de América Central (MARI) en la Universidad de Tulane es una de las instituciones pioneras en el uso de tecnología LiDAR en la investigación arqueológica.
Durante la última década, esta tecnología ha permitido crear modelos tridimensionales de áreas específicas de México y Centroamérica con el uso de imágenes y computadoras que, al descubrir las anomalías en el paisaje, a menudo resultan ser pirámides, casas y otras construcciones de infraestructura maya.
En este artículo, buscamos responder a esta pregunta para las Tierras Bajas Mayas centrales, uno de los ejemplos más conocidos, pero también más polémicos, de urbanismo tropical del mundo antiguo, afirman los investigadores en el artículo.
“Nuestro objetivo es evaluar si la densidad general de asentamientos y la variabilidad a escala local en la densidad de asentamientos, es decir, la urbanización, han sido sobreestimadas por estudios ‘centrados en el sitio’ motivados por la arqueología. Para ello, reclutamos una nueva muestra de asentamiento a escala regional, conveniente y pseudoaleatoria, extraída de datos de teledetección en uno de los puntos blanco más grandes de las Tierras Bajas Mayas: el este de Campeche, México”.
La investigación destaca el impacto de la tecnología LiDAR para revelar los secretos de las civilizaciones antiguas y proporciona evidencia convincente de un paisaje maya más complejo y variado de lo que se creía anteriormente.
“El lidar nos está enseñando que, como muchas otras civilizaciones antiguas, los mayas de las Tierras Bajas construyeron un tapiz diverso de pueblos y comunidades sobre su paisaje tropical”, comentó Marcello Canuto. “Si bien algunas áreas están repletas de vastas parcelas agrícolas y densas poblaciones, otras tienen solo pequeñas comunidades. No obstante, ahora podemos ver cuánto cambiaron los antiguos mayas su entorno para sustentar una sociedad compleja y duradera”.