Antonia González es una mujer capitalina de 81 años que siempre ha vivido en la alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México. A principios de 2023 sufrió lo que parecía ser una infección leve en vías respiratorias, pero rápidamente se agravó hasta convertirse en neumonía, por ello, tuvo que ser internada de urgencia en el Hospital del IMSS, en el Parque de los Venados.
Thank you for reading this post, don't forget to subscribe!Durante dos semanas y luego de varios análisis de laboratorio, radiografías y una tomografía, los médicos realizaron un hallazgo sorprendente: sus pulmones estaban tan deteriorados como si hubiera fumado durante más de 50 años, parecían queso gruyer, llenos de huecos.
Desde entonces tiene que usar tanque de oxígeno de forma permanente para ayudar a respirar adecuadamente a sus pulmones. Lo más extraño es que Antonia nunca ha fumado. “No me gusta el cigarro, nunca fumé”, dice. “Tampoco conviví con familiares fumadores”.
Sin embargo, como ella miles de mujeres capitalinas corren el riesgo de sufrir daños irreversibles en sus pulmones, como si fueran fumadoras empedernidas desde hace décadas, con afectaciones graves y mortales como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o peor aún, cáncer de pulmón. Hasta ahora ni los médicos que la atendieron ni sus familiares se explican la causa de sus daños pulmonares.
Y su caso no es el único, de hecho, desde hace algunos años investigadores y expertos en salud pública de varias partes del mundo (incluido México) no han podido identificar la causa del incremento de los diagnósticos de EPOC y de cáncer de pulmón en personas que no fuman o que nunca han fumado.
Estos resultados sugieren que la exposición a PM2.5 de manera prolongada puede influir en el cáncer de pulmón en personas que nunca fumaron, y que las mujeres son especialmente vulnerables.
Un estudio presentado en la Conferencia Mundial sobre Cáncer de Pulmón 2024, en la ciudad de San Diego, Estados Unidos, ha revelado que la exposición a la contaminación del aire o contaminación atmosférica, especialmente a las partículas PM2.5, puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón en mujeres que nunca han fumado.
La investigación encabezada por la doctora Yixian Chen, investigadora del Instituto de Investigación del Cáncer de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, señaló que, aunque las partículas PM2.5 ya habían sido clasificadas como cancerígenas, su relación con el cáncer de pulmón en personas que nunca han fumado no estaba bien estudiada.
“El momento y la duración de la exposición a las PM2.5, que son más relevantes para el desarrollo y el riesgo del cáncer de pulmón, no han sido bien caracterizados”, dijo Yixian Chen, al presentar los resultados de su investigación.
El estudio se llevó a cabo entre habitantes de ciudades canadienses, como Vancouver, ciudad cuyo aire está 50 veces menos contaminado que el de la Ciudad de México.
Partículas venenosas
Las PM2.5 o materia particulada son compuestos sólidos o líquidos microscópicos de 2.5 micras o menos, micra es una unidad de medida equivalente a una milésima de milímetro, es decir, son 100 veces más pequeñas que el grosor de un cabello humano, por ello, flotan en el aire contaminado durante meses e incluso años y se pueden trasladar cientos y hasta miles de kilómetros.
Están formadas por diversas sustancias químicas orgánicas como polvo, hollín, metales (aluminio, hierro y plomo) y diversos compuestos y elementos como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, amoníaco, azufre, cloro, sodio, silicio, calcio, potasio, carbono negro, polvo mineral, compuestos orgánicos volátiles y también microorganismos. Una auténtica tabla periódica flotante.
Se originan fundamentalmente como resultado de la actividad humana como la quema de combustibles fósiles como diesel, carbón, gas y gasolina (especialmente por el humo de camiones de transporte de mercancías y pasajeros); también por la quema de bosques o pastizales, emisiones de fábricas y otras actividades.
Desde 2013, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó la contaminación del aire exterior y su componente clave, las partículas PM2.5, como carcinógenos del Grupo 1, los más peligrosos.
Son un peligro para la salud humana. Al ser tan pequeñas no son retenidas por la mucosas de nariz, boca o garganta, sino que llegan hasta las partes más profundas de los pulmones, los alveolos, donde se acumulan y, desde allí, pasan al torrente sanguíneo, por lo que son las más nocivas para la salud.
Desde 2013 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasificó la contaminación del aire exterior y su componente clave, las partículas PM2.5, como carcinógenos del Grupo 1, los más peligrosos.
Además de EPOC y cáncer de pulmón ocasionan enfermedades cardiacas, bronquitis, enfisema, infartos, ritmo cardiaco irregular, asma y muerte prematura, entre otros.
Sin embargo, desde hace décadas este agente peligroso pulula en el aire capitalino en cantidades industriales, sin mitigación y ningún control.
las PM2.5 Están formadas por diversas sustancias químicas orgánicas como polvo, hollín, metales (aluminio, hierro y plomo) y compuestos y como dióxido de azufre, óxidos de nitrógeno, amoníaco, cloro, sodio, silicio, calcio, potasio, carbono negro, polvo mineral, compuestos orgánicos volátiles y también microorganismos. Una auténtica tabla periódica flotante.
PM2.5 y cáncer de pulmón
Los científicos encabezados por Yixian Chen recopilaron datos de pacientes con cáncer de pulmón recientemente diagnosticado que nunca habían fumado, incluyendo su historial residencial desde su nacimiento hasta el diagnóstico.
Luego, geocodificaron cada dirección y analizaron estimaciones en alta resolución de la exposición a las PM2.5 utilizando datos satelitales, modelos químicos y mediciones terrestres, en áreas de aproximadamente 10 x 10 kilómetros. De esta manera obtuvieron y observaron datos anuales de exposición a lo largo de 28 años, desde 1996.
Compararon las asociaciones entre la exposición reciente y la exposición acumulada de largo plazo de las PM2.5 en hombres y mujeres que nunca habían fumado y descubrieron que en 255 mujeres había una fuerte asociación entre una mutación llamada EGFR y el estadio IV de cáncer de pulmón, el más avanzado.
Las participantes en este estudio, al igual que Antonia González, y millones de personas más, siguen expuestas al mayor de los riesgos: respirar el aire tóxico contaminado de ciudades de todo el mundo, como el de la Ciudad de México, uno de las más contaminados y tóxicos del planeta.
Observaron que hubo diferencias notables en la exposición acumulada a PM2.5 durante 3 y 5 años antes del diagnóstico en mujeres con la mutación de una proteína llamada receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR, por sus siglas en inglés), que se encuentra en las células cancerosas y que ayuda a su crecimiento y supervivencia.
Estos resultados sugieren que la exposición a PM2.5 de manera prolongada puede influir en el cáncer de pulmón en personas que nunca fumaron y que las mujeres son especialmente vulnerables, mientras que estas asociaciones no se encontraron en hombres.
Aunque la doctora Yixian Chen, señaló la necesidad de realizar más investigaciones, los hallazgos de esta investigación son un llamado de alerta ante un agente asesino totalmente prevenible.
Vale la pena recordar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año la contaminación atmosférica es responsable de la muerte prematura de más de 8 millones de personas cada año en todo el mundo.
Las participantes en este estudio, al igual que Antonia González, y millones de personas más, siguen expuestas al mayor de los riesgos: respirar el aire tóxico contaminado de ciudades de todo el mundo, como el de la Ciudad de México, uno de las más contaminados y tóxicos del planeta.