La hipótesis de que la selección sexual intervino en la forma y la longitud de los cuellos de las jirafas se refuerza con el hallazgo del fósil de un ancestro de las jirafas llamado Discokeryx xiezhi, de hace 16.9 millones de años, que combatía a cabezazos por la competencia sexual, lo que desencadenó la evolución del cuello largo de los jirafósidos.