El verano de 2022 fue la temporada más calurosa registrada en Europa y se caracterizó por una serie de olas de calor que rompieron los récords de temperatura que causaron la muerte de 62 mil 862 personas, así como sequías e incendios forestales que afectaron a prácticamente todo el continente, especialmente a los países mediterráneos.
Las olas de calor son más frecuentes por el cambio climático y entre las regiones más susceptibles del planeta se encuentran México y Centroamérica, que pueden sufrir consecuencias devastadoras pues no están preparadas para mitigar sus efectos. Además, gran parte de su población es vulnerable por su rápido crecimiento, los malos servicios de salud y el limitado suministro de energía.