Quienes viven en un medio ambiente rodeado de jardines, parques y calles arboladas tienen más probabilidades de beneficiar su salud, ya que la exposición a las áreas verdes contribuye a ralentizar el envejecimiento epigenético, es decir, ayuda a disminuir los cambios en la expresión y función de los genes que deterioran el organismo humano conforme avanza la edad.