Los anticuerpos llamados inmunoglobulina G o IgG, que son moléculas que atacan al coronavirus durante la infección, se transfieren de la madre al feto durante los tres últimos meses del embarazo. La investigación llevada a cabo en Italia señala que los fetos no sufrieron COVID-19, pero las madres les transmitieron anticuerpos que los protegieron 100 días después del nacimiento.