Los incendios que azotan la ciudad de Los Ángeles han sido influidos por los “latigazos hidroclimáticos”, que son oscilaciones rápidas entre un clima muy húmedo y uno muy seco, que han aumentado debido al cambio climático. A esto se suman los vientos de “Santa Ana” de hasta 120 km/h, la expansión de las zonas urbanas y la sustitución de la vegetación nativa por malezas.
El debate central de esta cumbre era el financiamiento y la conformación de un fondo internacional que requería recursos por un billón 200 mil millones de dólares, aportados principalmente por los países ricos, principales responsables de emitir gases de efecto invernadero causantes del cambio climático, pero solo se consiguió una cuarta parte de ese dinero.
Las olas de calor son más frecuentes por el cambio climático y entre las regiones más susceptibles del planeta se encuentran México y Centroamérica, que pueden sufrir consecuencias devastadoras pues no están preparadas para mitigar sus efectos. Además, gran parte de su población es vulnerable por su rápido crecimiento, los malos servicios de salud y el limitado suministro de energía.
De continuar la tendencia de emisiones de gases de efecto invernadero el cambio climático afectará la flora, fauna y vida microbiana marinas. Casi el 90% de 25 mil especies de vida analizadas corren un riesgo alto o crítico de desaparecer para el año 2100, lo que afectará sobre todo a los países de bajos ingresos que dependen de la pesca y son los que menos contribuyen a las emisiones globales.
Una vez más la voluntad política colectiva de los más ricos fue insuficiente para tomar las medidas urgentes, profundas y sostenidas contra el cambio climático, principalmente del G20. Durante la clausura de la COP26, António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas expreso: “Nuestro frágil planeta pende de un hilo. Seguimos llamando a la puerta de la catástrofe climática”.
El incremento de la temperatura por el cambio climático es responsable del 37% de las muertes humanas relacionadas con el calor, indica un análisis llevado a cabo en las últimas tres décadas en 43 países, incluido México; en ese periodo se han presentado olas de calor cada vez más frecuentes e intensas lo que aumenta el riesgo de morbilidad y muerte prematura en el mundo.