Científicos vigilan la órbita del asteroide 2024 YR4 que tiene una posibilidad extremadamente baja de impactar la Tierra, pero los análisis desde diciembre de 2024 a febrero de 2025 han incrementado la probabilidad del 1.3 % al 2.3 %. Observaciones desde telescopios terrestres y el telescopio espacial James Webb permitirán descartar o confirmar una posible colisión para 2032.
Desde hace siglos el ser humano ha soñado con la posibilidad de regenerar sus miembros amputados u órganos dañados como lo hace el axolote. El anfibio de origen mexicano además de regenerar sus extremidades, puede reconstruir su médula espinal lesionada, las células de su retina o la mitad de su cerebro. Su secreto está en su genoma 10 veces más grande que el del ser humano con 32 mil millones de pares de bases y 23 mil genes.
Muestras de polvo y rocas del asteroide traídas a la Tierra por la misión espacial OSIRIS-Rex, tienen aminoácidos que forman proteínas, así como la adenina, guanina, citosina, timina y uracilo que constituyen el material genético del ácido desoxirribonucleico y el ácido ribonucleico. También se descubrieron 19 aminoácidos no proteicos raros o ausentes en la biología terrestre.
La evidencia más antigua confirmada de actividad de homínidos en el continente europeo data de hace un millón 950 mil años, indica una investigación realizada en un yacimiento de restos fósiles en Rumania, un punto clave en el mapa de la prehistoria humana que ofrece pistas cruciales sobre cómo nuestros ancestros se expandieron por el mundo.
Los refrescos y las bebidas azucaradas contribuyen a las enfermedades cardiometabólicas como la diabetes tipo 2 y males cardiovasculares, tanto de forma directa como a través del aumento de peso, indica un estudio global realizado en 184 países. Tan solo en 2020, fueron responsables de 3 millones 400 mil nuevos casos y 340 mil fallecimientos en el mundo.
Los incendios que azotan la ciudad de Los Ángeles han sido influidos por los “latigazos hidroclimáticos”, que son oscilaciones rápidas entre un clima muy húmedo y uno muy seco, que han aumentado debido al cambio climático. A esto se suman los vientos de “Santa Ana” de hasta 120 km/h, la expansión de las zonas urbanas y la sustitución de la vegetación nativa por malezas.
Una cuarta parte de especies de ecosistemas de agua dulce como lagunas, lagos, pantanos y ríos, entre otros, se encuentran en riesgo de desaparecer. Un análisis global indica que más de 23 mil variedades de peces, cangrejos, crustáceos y libélulas son afectadas por actividades humanas como la contaminación, la sobreexplotación y la extracción de agua.
La llamada “industria sin chimeneas” es tan contaminante como otros ramos industriales ya que contribuye con casi el 9% de las emisiones gobales de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero causante del cambio climático que padece el planeta. Sus emisiones crecieron 3.5 % anual entre 2009 y 2019, el doble que la economía mundial.
El análisis de los genomas de los primeros humanos modernos de Europa ayudó a proporcionar una fecha más precisa de cuándo se mezclaron con los neandertales. La investigación, publicada en las revistas Nature y Science, señala que ocurrió hace 50 mil años y este mestizaje dejó una marca indeleble estimada entre el 1% y el 3% que lleva el Homo sapiens en su ADN.
Las capacidades de las patas de las aves podrían ser útiles para los robots aéreos, pero construir sistemas con múltiples modos de locomoción ha sido un desafío ya que los diseños pueden volverse demasiado complejos o pesados. Científicos de EE. UU, y Suiza superaron estos retos para desarrollar RAVEN un robot con extremidades que pueden moverse como las de un pájaro.
Debido al cambio climático, entre 1990 y 2020, las tierras áridas se expandieron 4.3 millones de km2, el equivalente a más del doble del territorio mexicano, señala el informe de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación. La ONU estima que para finales de este siglo la desertificación podría afectar a 5 mil millones de personas en todo el planeta.
Muestras fosilizadas de heces y vómitos ayudaron a los científicos a reconstruir el surgimiento, ascenso y dominio de los dinosaurios en los antiguos ecosistemas de la Tierra. Con más de 500 restos de material digestivo, reconstruyeron quién se comía a quién, y registraron cómo esa dieta les permitió dominar el planeta durante 160 millones de años.